La Argentina tiene los electrónicos más caros de la región

Una TV, un smartphone o una tablet pueden llegar a costar el doble que en Chile. Altas cargas impositivas, logística e importación de componentes, entre las principales causas de un fenómeno que también tiene a Brasil como protagonista en América Latina

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IVA, Ingresos Brutos, Ganancias, derechos de importación, transporte y seguros de transporte son solo algunos de los componentes que convierten a la Argentina en el país con los electrónicos más caros de la región.


Así lo estableció un informe de la consultora GFK, que compara los precios de televisores, portátiles, celulares, tablets y lavarropas en la Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú.


De acuerdo con el trabajo, un televisor puede llegar a costar en la Argentina el doble que en Chile, lo mismo que sucede con un smartphone o una tablet.


Según GFK, un Smart TV tiene un valor promedio de u$s839 en la Argentina y de u$s403 en Chile. En el país trasandino, el precio de un celular inteligente de alta gama es de u$s297, mientras que en la Argentina sube a unos u$s777. Si la comparación se hace con una tablet, en el mercado local el precio promedio es de u$s310 y en el vecino de u$s160.


¿Qué sucede en Brasil? A diferencia de Chile que cuenta con un tratado de libre comercio con los EEUU, Brasil emplea un modelo productivo similar al de la Argentina. Esto es, altos impuestos a las importaciones de electrónica, buscando favorecer el ensamblado y fabricación en su territorio.


La diferencia entre Brasil y la Argentina radica, entre otros puntos, en el tamaño de su mercado, que hace más atractiva la instalación y competencia de multinacionales del sector.


Los EEUU suelen ser el país de referencia para comparar los precios de los productos electrónicos con el resto del mundo, lo que resulta poco eficaz si se tiene en cuenta que allí el modelo de negocios que impera está basado en una fuerte competencia, con márgenes de ganancia bajos debido al importante volumen de su mercado.


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Los culpables

Según datos del Ministerio de Industria, la mayoría de los electrodomésticos que se venden en la Argentina son nacionales. La participación pasó del 18% en 2001 al 86,5% este año.


Dentro de ese esquema, Tierra del Fuego es el epicentro del sector con la ampliación de diversas plantas fabriles para abastecer al mercado.


Pero el modelo tiene sus costos. A la importación de los componentes de cualquier producto, generalmente desde los países asiáticos, hay que sumarle el ensamblado, el transporte interno y su correspondiente seguro. Es finalmente la cadena la que pone el precio definitivo y en donde el margen de ganancia es mayor. Esto tiene relación con el riesgo que supone adquirir un stock de un producto.


Para los productos 100% importados, como el caso de la PlayStation 4, es donde hay aún más costos. En los EEUU, la consola de Sony tiene un precio de u$s399, equivalentes a unos $3.300. En la tienda de la empresa japonesa, el equipo es ofrecido a $8.999.


¿Por qué sucede esto? Los productos importados pagan impuestos aduaneros (20,5%) y a los bienes suntuarios (20,48%), entre otros tributos.


Retraso y conveniencia

Las compras por sobre u$s300 pagan un impuesto en la Aduana argentina. De ahí que la compra de un producto electrónico en el exterior resulte atractiva en muchos casos.


Incluso, si se atraviesa esa cifra, comprar en otros países sigue resultando atractivo ya que el precio final puede ser más bajo que el local.


Igualmente, se debe tener en cuenta que el valor final de un producto no es el único ítem que define una compra, menos en el sector electrónico, donde la garantía y el service local cobran fuerte relevancia. La posibilidad de financiación es otro de los factores que determina la conveniencia o no de adquirir un equipo en el exterior.


La ventaja de comprar fuera del país se relaciona además con que muchos productos tardan más tiempo en arribar a la Argentina. Otros, como el iPhone de Apple, directamente no están disponibles de manera oficial.


Restricciones a las importaciones y un mercado pequeño comparado con otros hacen que muchos dispositivos retrasen su llegada a la Argentina. Un caso es el de la Xbox One, consola de Microsoft presentada a fines del año pasado y aún ausente en el circuito de las grandes casas de electrodomésticos.