Subiendo la cuesta: llega la II Feria de Editores independientes

A mediados de mes se volverá a celebrar el encuentro que reúne a los sellos que a fuerza de talento y dedicación apuestan a renovar la conservadora escena literaria local. Infobae habló con los responsables de tres de las principales editoriales emergentes

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Las editoriales independientes –término impreciso pero que identifica al fin y al cabo a cientos de proyectos autogestionados que surgieron en los últimos diez años- abrirán un espacio más para compartir con sus lectores en la II Feria de Editores, que se realizará el próximo 16 de agosto en el auditorio de Radio La Tribu. Allí tendrán la oportunidad de conversar sobre libros y autores, de escuchar recomendaciones y, según prometen, habrá importantes descuentos.

Aunque trabajan con una estructura más bien pequeña, las bendice este vínculo estrecho con quienes compran y leen sus libros que es imposible para las grandes editoriales. Desde sus tapas transmiten la dedicación puesta al servicio del lector, que lo sabe valorar y se interesa por el resto del catálogo. No son muchos los libros que publican por año, pero suelen ofrecer un producto distinto que permite descubrir autores nuevos o rescatar obras olvidadas. Y pese al esfuerzo que significa cada edición, consideran que es posible desarrollar un emprendimiento viable económicamente.

Infobae elaboró un breve cuestionario para conocer a tres de los sellos que participarán de la feria. Además de Ediciones Godot, que organiza el evento, nos cuentan su tarea Blatt & Ríos -que el año pasado lanzó una soberbia edición de Un episodio en la vida del pintor viajero de César Aira con ilustraciones de Rugendas- y Fiordo, el más reciente de ellos, que sabe captar miradas con sus prolijos diseños.


Julia Ariza – Fiordo Editorial

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-¿Cómo definirías tu profesión?

Mi formación de grado y de posgrado fue en historia del arte. Pero mientras estudiaba trabajé como correctora y como coordinadora de proyectos editoriales, y aunque no estudié edición, sí ejerzo como editora. Soy algo así como una historiadora del arte que se dedica también a la edición.

-¿Y el perfil de la editorial?

Me gustaría pensar que Fiordo es una editorial de exquisiteces, identificable porque tiene un catálogo de buenas traducciones de distintas lenguas y algunas obras en español que dialogan con esas traducciones, siempre de autores novedosos para el mercado de lectores en español. Es una editorial que no subestima a los lectores, y que apuesta a sorprenderlos y reconfortarlos con buenos textos en objetos bellos.

-¿Cuál es el promedio de títulos publicados por año y tirada de ejemplares?

Publicamos cuatro títulos por año, tiramos en promedio 1000 ejemplares.

-¿Qué libro estás más orgullosa de haber editado?

Todos los libros que publicamos me gustan mucho. Creo que Visión y diferencia. Feminismo, feminidad e historias del arte, de Griselda Pollock, es una lectura transformadora, y por eso me da mucho orgullo haber sido los primeros en traducirlo completo.

- ¿Es económicamente viable editar libros de manera independiente?

Si lográs mover los libros, que se vean y que se vendan, sí.

-¿Cuáles son las ventajas y desventajas del mercado editorial en Argentina?

Para mí es difícil dar una respuesta panorámica a esta pregunta. Como en todas partes, en Argentina las grandes editoriales -las editoriales enormes, cada vez más concentradas- tienen un peso y un protagonismo con los que es imposible competir en igualdad de condiciones. Son como dos juegos distintos dentro de la misma cancha. Eso hace difícil que los libros de editoriales como la nuestra se vean en las librerías, que la gente los conozca y los compre, simplemente porque no publicamos tantos títulos al año y eso merma nuestra visibilidad en las librerías, el interés que tenemos para los libreros, etc. Eso es una desventaja, pero no es específica de Argentina. Las desventajas específicas que ahora me vienen a la cabeza tienen que ver con el alto grado de informalidad que hay en muchos de los puntos de la cadena editorial y con los altos costos para todo, en especial en relación con la calidad de los servicios y los insumos. Supongo que tener una de las sociedades más alfabetizadas de América Latina es una de las ventajas. Pero no es algo que se vea tan directamente. Por otro lado, Argentina tiene una tradición editorial muy fuerte, y eso también es una ventaja de cara al mundo. La vitalidad de las editoriales medianas y pequeñas me parece además muy estimulante y muy favorecedora.

- Libros electrónicos, ¿sí o no?

Sí, claro. Libros sí en cualquier formato. Nosotros todavía no estamos publicando e-books, pero pensamos que lo mejor es que los libros circulen en todos los formatos posibles.

- ¿Qué autor te gustaría tener en tu sello?

Cuando empezamos a publicar, un autor que teníamos en mente, porque tanto a mi socio Salvador como a mí nos gusta mucho, era Anthony Powell. Ahora vamos a traducir por primera vez su primera novela, Hombres del ocaso, que además de ser estupenda es también una suerte de matriz de los personajes y situaciones de su saga Una danza para la música del tiempo, que consta de 12 novelas. Y creo que hablo también por Salvador si digo que nos encantaría publicar a Sara Gallardo. Pero en los últimos años se han reeditado todos sus libros.

-¿Cuáles son los últimos lanzamientos de la editorial?

Acaba de salir de imprenta El incendiario, una de las primeras novelas de Egon Hostovsky, un autor checo que durante la guerra se exilió en Estados Unidos. Ese libro lo elegimos porque nos gustó mucho cuando lo leímos, porque queríamos hacer una traducción de una lengua eslava y porque sabíamos que era un autor admirado por Graham Greene, a quien admiramos nosotros. Antes de El incendiario, salió La portadora del cielo, una traducción del finlandés. También lo elegimos por la rareza del idioma, y porque pensamos que el imaginario nórdico en este momento genera interés. La novela es preciosa, además, y poco tiempo después de comprar los derechos del libro, la autora ganó el Premio Finlandia, el más importante del país, lo que confirmó que era una buena intuición.


Mariano Blatt – Blatt & Ríos

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- ¿Cómo definirías tu profesión?

Es una profesión muy cambiante, que requiere ponerse en distintos lugares todo el tiempo: salir a buscar libros o autores, recibir a los que se acercan, trabajar textos, pensar tapas, diseños, planear estrategias de comercialización y difusión. Pero en resumen, como suele decir mi socio, Damián Ríos, al final de cuentas se trata de conectar a un texto con su lector.

- ¿Y el perfil de la editorial?

Somos una editorial dedicada a la literatura y la investigación. Nos especializamos en literatura argentina contemporánea, pero también tenemos otras líneas dentro de nuestro catálogo.

- ¿Cuál es el promedio de títulos publicados por año y tirada de ejemplares?

Publicamos un promedio de entre 8 y 10 títulos por año. Las tiradas pueden variar entre 300 o más de 1000 ejemplares.

- ¿Qué libro estás más orgulloso de haber editado?

Estoy orgulloso de haber editado todos los libros que editamos. En todo caso, podría decir que con algunos me liga un cariño especial. La reedición de Un año sin amor, de Pablo Pérez, por ejemplo.

- ¿Es económicamente viable editar libros de manera independiente?

Sí. Cualquier emprendimiento al cual se le ponga mucho trabajo y dedicación puede ser económicamente viable.

- ¿Cuáles son las ventajas y desventajas del mercado editorial en Argentina?

Los lectores argentinos son muy inteligentes, sensibles y curiosos. Esa es la ventaja. La desventaja es que son pocos y están dispersos en un territorio muy grande.

- Libros electrónicos, ¿sí o no?

Sí. Sí a todos los libros.

- ¿Qué autor te gustaría tener en tu sello?

Aquel que esté gestando una obra potente y singular; aquel que no vea la literatura como un pasatiempos, sino que quiera construir a lo largo del tiempo su figura de autor.

- ¿Cuáles son los últimos lanzamientos de la editorial?

Nuestros últimos tres títulos fueron Los hombres que hicieron la historia de las marcas deportivas, de Eugenio Palopoli, con el cual inauguramos nuestra colección de no-ficción; El gato tuvo la culpa, que rescata cuentos de Hebe Uhart; y Cerdos & Porteños, una recopilación de artículos publicados por Osvaldo Baigorria en las revistas El porteño y Cerdos & Peces en la década del 80.


Víctor Malumián – Ediciones Godot

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- ¿Cómo definirías tu profesión?

Creo que hay muchos tipos de editores, pero lo que los une indefectiblemente a todos es que hablan a través de su catálogo. Me parece que hay como dos facetas por las cuales pasa cada uno de ellos, una inicial donde siempre está a la búsqueda de tesoros, libros increíbles que nadie vio antes o se le ocurrió editar, y una segunda donde una vez hallado ese libro se trabaja en conjunto con el escritor y el equipo editorial para lograr que se transforme en un objeto hermoso, ya sea desde la traducción o la generación del contenido hasta los criterios estéticos. La búsqueda de una tapa, si es pertinente encontrar un prologuista, la redacción de la contratapa, la estrategia de difusión, etc.

- ¿Y el perfil de la editorial?

Nuestro catálogo está orientado fuertemente a las Ciencias Sociales y humanas. Creemos que es el área donde podemos editar mejores libros, ya sea por nuestra natural curiosidad por esas temáticas o por nuestra formación. Nos la pasamos leyendo y revisando textos que de una forma u otra atraviesan los modos de entender la sociedad.

- ¿Cuál es el promedio de títulos publicados por año y tirada de ejemplares?

Es bastante errático, es decir, el primer año publicamos 2 o 3 libros. El segundo año ya publicamos algunos más. Para dar una referencia, durante el 2013 llegamos a publicar 12 libros.

- ¿Qué libro estás más orgulloso de haber editado?

Muchos, la verdad. Creo que a los que más afectivamente estamos ligados, por un profundo respeto y admiración, son los dos libros de Christian Ferrer, El entramado y Camafeos. Para nosotros también fue un honor editar un libro como El resto indivisible de Slavoj Zizek.

- ¿Es económicamente viable editar libros de manera independiente?

Hay una clara relación entre el volumen de ejemplares y el costo, una relación infernal te diría. Los costos caen abruptamente sobre la barrera de los 1000. Los títulos que elegimos nosotros para publicar rara vez necesitan esa cantidad de ejemplares. Son nichos más chicos, ya sea porque el texto requiere un intertexto y un tiempo de lectura que no todos quieren o les interesa dedicarle, o porque la capacidad de difusión de esos textos en una editorial con recursos limitados es más compleja de ejercer efectivamente.

Dicho esto, tenemos una contrapartida: los lectores que van conociendo nuestro catálogo son muy fieles. Sucede, además, que quizás editás un texto que un lector no conocía, pero como le gustó el anterior de la colección decide arriesgarse y comprarlo. Ese "efecto colección" lo vemos muy marcado. Entonces son fuerzas de mercado antagónicas pero que por ahora se equiparan en un punto que nos permite editar y seguir creciendo.

- Libros electrónicos, ¿sí o no?

Los libros electrónicos son un gran avance para la difusión de textos, creo que bajan notablemente la barrera de publicación sobre todo en las puntas del espectro de masividad por así decirlo. En el caso de un estudio en una materia hiperespecífica en algún lugar recóndito donde ese científico desea publicar lo que ha descubierto, el libro electrónico abre una serie de posibilidades que con los costos de envío y publicación tradicional quedan casi vedados sin asistencia de entidades públicas. En el otro extremo, libros que su tirada inicial es enorme, de nuevo el libro electrónico soluciona problemas de costo y logística de una forma que el formato tradicional no puede hacer tan efectivamente.

Nosotros igual seguimos enamorados del olor del libro recién impreso, de las ediciones encuadernadas artesanalmente y de las imprentas que trabajan con tipos móviles. Hay algo en la relación artesanal de crear un libro, donde se involucran una cantidad enorme de saberes y experiencia que nos parece irremplazable.

Actualmente estamos haciendo ediciones digitales, nos son de gran ayuda para envíos a países lejanos donde un lector solicita un libro en particular.

- ¿Qué autor te gustaría tener en tu sello?

Macedonio Fernandez sería increíble, también Ernesto Laclau y Peter Sloterdijk. La lista es muy grande.

- ¿Cuáles son los últimos lanzamientos de la editorial?

Cadáveres frescos de Horacio Quiroga nos gustó mucho porque da cuenta de la obsesión que hay detrás de la creación, que puede llegar a puntos impensados. Palabras nuevas de George Orwell tiene un ensayo inédito sobre la posibilidad de crear un nuevo lenguaje, motivo principal del nombre del libro, y otro ensayo crítico sobre el fútbol y su relación con el nacionalismo. Esos dos textos justifican todo el libro.