Para ser campeón, siempre hay que tener una cuota de suerte. Al menos esa es una de las reflexiones más populares dentro del mundo del fútbol. Y en este caso, la balanza se inclinó a favor de los paraguayos, que estuvieron a punto de dejar librada al azar de los penales, a la serie que los vio triunfadores frente a sus pares uruguayos. Robert Herrera pasó de héroe a villano, con un tanto desperdiciado de manera insólita. ¿El Papa también estará con Nacional?