El Gobierno advirtió que la cláusula RUFO podría disparar un pasivo de u$s500 mil millones

En medio de versiones sobre la estrategia que adoptará la Argentina, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, reiteró que la Argentina negociará con los holdouts siempre y cuando se respete lo acordado con los bonistas que entraron a los procesos de canje

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"Acá el problema central es que puedo disparar un pasivo enorme, un acrecentamiento de la deuda externa de u$s120 mil millones a más de 500 mil millones", declaró Jorge Capitanich en conferencia de prensa. De este modo se refirió a la negociación con los holdouts que tienen sentencias favorables en los Estados Unidos y exigen cobrar la totalidad de sus títulos en default.


El Gobierno abrió dos procesos de canje para los tenedores de bonos que cayeron en default en 2001. Para hacer más tentadora la oferta y lograr que la mayor cantidad de acreedores ingresen al proceso de reestructuración de deuda, suscribió la denominada cláusula RUFO. Esta opción, que cae en 2015, le impide al Poder Ejecutivo Nacional ofrecer mejores condiciones de pago que las aceptadas por los inversores que ingresaron al canje.


Un grupo de tenedores de bonos que no están dentro del canje logró un fallo favorable en la justicia de los Estados Unidos para cobrar el 100% de la deuda que está en default. La Argentina alega que no está en condiciones de acatar esta sentencia porque violaría la cláusula RUFO y dispararía un pasivo gigantesco con todos los fondos que aceptaron quitas importantes cuando ingresaron a los procesos de canje de deuda.


Este lunes, en conferencia de prensa, Capitanich destacó que la Argentina "paga rigurosamente" sus compromisos y así lo seguirá haciendo. Sin embargo, indicó que el diálogo con los holdouts que no entraron al canje debe darse bajo "condiciones justas, equitativas, legales y sustentables" para el 100% de los acreedores con los cuales la Argentina mantiene deudas. En otros términos, lo que el jefe de Ministros adelantó es que el Estado no ofrecerá mejores condiciones que las del canje a los fondos de inversión que están en litigio. Al menos hasta 2015.


"(En el canje de deuda) Se incorporó en el prospecto algo que es un acuerdo de partes y un juez no puede vulnerar. Nosotros consideramos que esta es una cuestión emblemática y debe ser respetada", indicó el jefe de Gabinete en alusión a la cláusula RUFO.


Capitanich aseguró que la responsabilidad política e institucional le impide a las autoridades de la Argentina tomar otro camino. Recordó artículos de la Constitución Nacional, la ley de Presupuesto, la Ley de Administración Financiera y hasta el Código Penal.


"Para nosotros es absolutamente trascendental respetar lo que la Argentina ha suscripto, por eso la posición Argentina es racional y de buena fe, la mala fe la tienen los buitres, porque pretenden la ejecución de una sentencia que saben que tiene un efecto con respecto a los bonistas que entraron al canje", argumentó el ex gobernador de Chaco.


Ahora la estrategia de la Argentina está orientada a que el juez del caso, Thomas Griesa, imponga al menos por 24 horas una medida cautelar -stay en el derecho norteamericano- que le permita al gobierno argentino pagarles a los bonistas del canje sin caer en default y continuar negociando con los holdouts.


A la par de la negociación con Griesa, los holdouts buscan bienes argentinos para inmovilizar y forzar el pago. Este lunes se conoció que uno de los grupos ya hizo un pedido de embargo a Chevron, socia de YPF en Vaca Muerta.