México se convierte en el "plan B" de la inmigración centroamericana

Los conflictos en América Central expulsan a miles de personas cada año. Estados Unidos es el principal destino, pero muchos se quedan a mitad de camino, en tierra azteca

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 eldiariodevictoria.com.mx 163
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Los migrantes centroamericanos llegan a México para huir de los horrores que padecen sus países, donde operan guerrillas, pandillas y bandas criminales. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que depende de la Secretaría de Gobernación, asegura que entre 2009 y 2013 recibió 4.589 solicitudes de refugio, de las cuales sólo autorizó un 24,7 por ciento, es decir a 1.133 personas, según recoge un artículo del periódico Excélsior.

Para dar el estatus de refugiados, la Comar les pide a los inmigrantes una serie de documentos para que demuestren que su vida estaba en peligro en sus países de origen. Una vez que llegan a territorio mexicano, los afectados disponen de 30 días para solicitar el exilio.

Es el caso de Manuel Ramírez Vente, quien escapó del terror de las FARC en Colombia, "pero sólo pudo traer a su hijo, porque a la hija la mataron, en ese proceso de estar esperando que México le otorgara el refugio para ella", lamenta Gabriela Hernández, coordinadora de Casa Tochan, albergue de migrantes en el Distrito Federal.

La historia de Hugo y Levia, que también llegaron a la Casa Tochan, pero desde Guatemala, es similar. Ellos escapaban de las intimidaciones de un miembro de La Mara. Tras meses de papeleos, sin embargo, no lograron quedarse en México y debieron volver a su país.

Según Hernández, muchos de los inmigrantes que llegan a México en verdad van camino a los Estados Unidos, pero terminan quedándose en tierra azteca, cansados del transporte clandestino e inhumano hacia el sueño americano y ante la posibilidad de recibir un estatus legal.

Jerrie, un adolescente de 16 años, cuenta por ejemplo que escapó de Honduras luego de que La Mara matara a su hermano. "Teníamos planeado ir a Estados Unidos, pero ahorita que tengo trabajo pienso que me voy a quedar aquí", afirma. Jerrie trabaja en una tortillería del DF. "Aquí puedo salir, allá no se puede ni salir, hay que estar en casa antes del anochecer", relata.

México también tiene problemas de narcotráfico y de violencia, pero sus índices son mucho menores en comparación con países como Guatemala, Honduras y El Salvador. La frontera entre México y Estados Unidos es un punto caliente que en las últimas semanas ha estado en foco por la gran cantidad de niños en situación irregular que recibe.