En la columna de opinión semanal que publica la agencia de noticias católica, el Obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social detalla algunos de estos hechos: "Hace pocas semanas se realizaron pintadas ofensivas en un templo judío en la ciudad de Basavilbaso, y se filmaron imágenes con burla a la fe en la catedral de La Plata". Lozano también destacó que "la reprobación y el rechazo habitualmente llegan pronto de parte de las diversas comunidades de fe". En cambio, lamentó que "no se escuche con claridad el juicio de otros organismos de la sociedad y el Estado, generando una ponderación superficial sobre hechos de gravedad".
Monseñor Lozano recordó que la libertad de pensamiento, religión y conciencia está consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. "Toda persona tiene derecho a vivir su fe", escribe el Obispo que destaca como "significativamente positiva la experiencia de amistad y diálogo interreligioso en nuestro país".
En su artículo, el religioso hace también referencia a la creciente agresión hacia la religión, y en particular a los cristianos" que se percibe "a nivel mundial". Destacó que el propio papa Franciso ha dicho que esta agresión se traduce "en verdaderos ataques a la libertad religiosa o en nuevas situaciones de persecución a los cristianos, las cuales en algunos países han alcanzado niveles alarmantes de odio y violencia".
"Son miles los perseguidos y asesinados por su fe cada año", agregó Lozano, y criticó que "en algunos organismos mundiales parece no tener importancia cuando se trata de matanzas de cristianos".
"Se colocan bombas en templos, se fusila a quienes están asistiendo a algún culto religioso, se condena a muerte a quien abraza la fe cristiana y se bautiza. Expresiones todas de intolerancia y desprecio de la libertad religiosa en general y del cristianismo en particular", afirmó.
Lozano se refirió también a la inminencia de un nuevo anivesario del atentado a la AMIA, que se cumple el próximo viernes (18 de julio), al que calificó como "uno de los mayores ataques terroristas sufridos en nuestro país, que dejó 85 muertos, y cerca de 300 heridos, y cicatrices morales que continúan sangrando", por lo que pidió rezar "especialmente por quienes sufren secuelas de la violencia".