Las restricciones jurídicas, políticas y humanitarias que pesan sobre el gobierno del presidente Barack Obama para hacer frente a la ola de miles de menores centroamericanos que ingresaron sin permiso al país salieron a relucir el domingo en diversas entrevistas.
Una ley de la era del presidente George W. Bush dirigida contra el tráfico de personas impide al gobierno repatriar a los menores sin detenerlos ni someterlos a una audiencia de deportación.