Los rumores y las especulaciones sacudieron a los mercados

Todavía el default es un fantasma, no un hecho real, pero la marcha atrás en el envío de una delegación oficial para negociar con los holdouts provocó una caída de casi 5% en el índice Merval

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 Charly Díaz Azcué 162
Charly Díaz Azcué 162

Fue un día de especulaciones. Los dichos del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sobre que no está prevista una delegación para negociar con los acreedores, provocaron una baja fuerte de las acciones y una suba del dólar que fue interrumpida poco después del mediodía cuando comenzó el paro de los bancarios.

Apenas terminó de hablar Capitanich, el dólar libre se disparó a $12,60, pero cerró a 12,45 pesos. En un mercado tan chico cualquier movimiento parece exagerado. Por eso no se debe tomar solo al "blue" como referencia, sino que hay que mirar el dólar cable o el "contado con liquidación" que bajó 16 centavos a 10,73 pesos.

Si hubiera pánico, la situación sería la inversa: el cable estaría más alto que el billete norteamericano.

Las reservas del BCRA subieron u$s5millones, a u$s28.874 millones, según datos provisorios de la entidad.

"Hay alguien que sabe algo que nosotros no conocemos", decía un operador que no podía explicar cómo bonos que cayeron al inicio de la rueda 4 por ciento, terminaran el día con una pérdida de apenas 1 por ciento. "Alguien ganó mucho en el camino", señaló.

También llamó la atención el comportamiento de los ADR de YPF en Wall Street. La petrolera viene negociando entre u$s100 millones y u$s125 millones diarios en el mercado, o sea que no son manos chicas las que operan esta acción. Abrió el día con una pérdida superior a 3% y cerró con una leve baja de 0,62 por ciento.

Hubo compradores y vendedores de un día que ganaron fortunas sin poner dinero porque operaron a 72 horas.

Por caso, en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) los negocios en bonos alcanzaron a u$s1.550 millones; se negoció 50% más que el día anterior.

Los bonos en dólares fueron los más afectados a pesar de que recortaron las pérdidas sobre el final de la rueda. El Boden 2015 cedió 2 % y el Bonar X, que vence en 2017, perdió 2,41 por ciento. El cupón en pesos se derrumbó 4,96% y borró la buena performance del día anterior.

Los holdouts saben que pueden ganar y que el próximo gobierno va a pagar

No se salvó ni el Discount en pesos

que indexa por el costo de vida que dejó en el camino 1,27% de su valor pero con negocios inferiores al millón de pesos lo que hace que el cierre sea "no representativo".

En esta neblina se manejó el mercado. Los rumores golpearon en todas las mesas. Los más cautos se alejaron de la plaza; para ellos es imposible pensar que la Argentina no vaya a negociar una salida a esta situación. El Gobierno no tiene nada que perder, por eso está consultado con los economistas de otros partidos. Sabe que lo que negocien lo paga la próxima gestión. Este dato lo tomaron en cuenta dos bancos de inversiones que están dispuestos a participar de una operación de salvataje.

Los holdouts saben que pueden ganar -y mucho- y que tienen de garantía de que el próximo gobierno va a cumplir. Los casos de Repsol e YPF, demostraron que las tasas que pueden cobrar son las más altas del mundo.

Las declaraciones de ambas partes hay que seguirlas como un partido de truco. Ninguno tiene flor, ni treinta y tres de mano, pero hablan como si tuvieran las mejores cartas. Esto es parte de la negociación que tal vez comience la semana próxima.

El Discount en dólares que vence a fin de mes es una buena muestra de que hay fuegos artificiales pero no un incendio. El bono que puede ser "defaulteado" si no se pagan los u$s288 millones a fin de mes, quedó sin cambios en sus precios. Si la situación fuera de emergencia, se habría derrumbado. No hay que olvidar que los títulos tienen precios de ocasión y descontaron parte del riesgo. La tasa de retorno del Discount es de más de 11% en dólares.

En la Bolsa, hubo toma de ganancias con el volumen de negocios más alto del mes, 421 millones de pesos. El índice Merval de las acciones líderes perdió 4,91 por ciento.

Los papeles más castigados fueron los de Edenor que cedieron 10,18% y los de los bancos que tuvieron retrocesos que se acercaron a 7 por ciento. Es entendible lo de las entidades financieras porque en sus carteras hay bonos de la deuda argentina que, si pierden valor, afectará a sus balances.

Por su parte, las acciones de YPF ignoraron lo que sucedió en el exterior y cayeron 3,55 por ciento.

En el Forex-MAE, la principal plaza mayorista de cambios, los negocios sumaron apenas u$s73 millones por la ausencia lógica de los exportadores. El Banco Central no intervino.

El lunes se vivirá otra historia. El default todavía es un fantasma, no un hecho real.