El líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes abandona su cargo

Eric Cantor se irá el 31 de julio, luego de perder las primarias a su distrito de Virginia contra Dave Brat (Tea Party). El 19 de junio se eligirá a su sucesor. Cómo influye en la sanción de la reforma migratoria

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El Partido Republicano recibió una noticia que, se espera, haga tambalear sus cimientos. Eric Cantor, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, anunció que renunciaba a su cargo el 31 de julio luego de perder las primarias en su distrito de Virginia contra el candidato del Tea Party, Dave Brat. El principal desafío del partido ahora es tratar de salir lo más fortalecido posible de esta situación ya que Cantor sonaba como rival del presidente de la Cámara baja, John Boehner, para ese puesto. El 19 de junio habrá elecciones para decidir a un sucesor.

"De manera efectiva el 31 de julio dejaré de ser el líder de la mayoría de la Cámara", dijo en una rueda de prensa el legislador, quien explicó que finalizará su mandato en noviembre como representante en el Congreso.

Cantor no anunció su retirada sin hacer ninguna jugada política: dejó explícito su respaldo como su sucesor al actual número tres del liderazgo, Kevin McCarthy, y llamó a las urnas a su electorado alegando que las diferencias internas de su partido no son mayores que las que tienen con los demócratas.

"En verdad, lo que divide a los republicanos palidece en comparación con lo que nos separa como conservadores de la izquierda y de su Partido Demócrata. Espero que todos los republicanos pongan a un lado las pequeñas diferencias y ayuden a elegir (líderes) republicanos en la Cámara y el Senado", dijo ante los periodistas.

A pesar de la derrota en las primarias de Virginia, Cantor se mostró agradecido sobre su pasado y optimista acerca de su futuro: "Me siento honrado de haber tenido el privilegio de servir y representar a la gente del distrito 7 de Virginia. (...) He tenido el honor de servir junto a muchos distinguidos colegas, gente que vuela por todo el país cada semana tratando de hacer lo que puede para ayudar a sus votantes a vivir una vida mejor, y estos son los miembros a ambos lados del pasillo"

Apenas conocido el anuncio, empezó a correr la noticia de que se verían afectadas las posibilidades de que prospere la reforma migratoria en el Congreso. Ante esto, la Casa Blanca salió al cruce, rechazó que esto fuera posible y tildó a Cantor como funcionario en contra de la reforma: "El líder de la mayoría republicana hizo una campaña muy agresiva en contra de una reforma migratoria bipartidista y de sentido común y, sin embargo, en el análisis de su derrota hay quienes sugieren que su reelección era una clave para sacar adelante la reforma migratoria", dijo a los periodistas el portavoz adjunto, Josh Earnest.

Asimismo, desde la administración de Barack Obama dicen no entender como se ha llegado a esa conclusión y aseguran que "hay apoyos en todo el país para una reforma migratoria bipartidista y de sentido común".

Para argumentar su posición, Earnest enumeró ejemplos de funcionarios tanto demócratas como republicanos que se mostraron a favor de la reforma. En primer lugar, el senador republicano Lindsey Graham que venció por más de 60% de los votos en las primarias de Carolina del Sur: "Sería muy difícil nombrar un grupo de votantes más conservador que aquellos de Carolina del Sur", señaló el portavoz, e indicó que Graham "argumentó de forma muy persuasiva sobre por qué la reforma migratoria integral es lo correcto para el país".

También hizo referencia al senador demócrata por Nueva Jersey, Robert Menéndez, quien ha esgrimido el mismo argumento para sostener que la reforma migratoria puede salir adelante pese al golpe dado por el Tea Party a Cantor.

Pero sobre todas las cosas,

el vocero de la Casa Blanca atribuyó la derrota de Cantor a su historial, que ha tenido notorios desacuerdos con Barack Obama

: "Creo que este resultado proporciona alguna prueba que indica que la estrategia de oponerse a prácticamente todo y apoyar prácticamente nada no es sólo una mala estrategia de gobierno,

sino que tampoco es una estrategia política muy buena", apuntó.