Para palpitar el Mundial de Brasil, nada mejor que "Un picado en el Maracaná"

La obra de auGol es ideal para ir aclimatándose a lo que comenzará dentro de poco. Una combinación de deliciosas historias, desconocidas para el público en general, que se mezclan con el presente y el pasado de cada una de las selecciones que se presentarán en el Mundial. Con Bielsa y el "Pelado" Cordera como invitados de lujo, un libro como para ir entrando en calor

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Qué mejor para cualquier futbolero que clavarse en un sillón, con amigos, picada mediante, para ver cada uno de los partidos de un Mundial. La tecnología, los televisores con cantidad de pulgadas infinitas, el invierno que se aproxima y el HD invitan a seguir las acciones cómodamente desde cualquier casa. Ninguno se quiere perder ni las polémicas de un Argelia-Corea del Sur, ya que hay que estar al tanto de todo para discutir en el trabajo, en el bar o donde surja el debate.

Obviamente no se puede estar desprevenido y hay que tener un base de datos previa para estar a la altura de la circunstancias. Y un libro digno de ser incluido en la nómina del backup es "Un picado en el Maracaná", de la gente de auGol (con la dirección de Marcelo Máximo, Juan Lagares y Jorge Blanco, más la edición de Andrés Mazzeo). Un aperitivo para la garganta, que espera por gritar los goles de Messi, Higuaín y Di María, pero también para repasar la historia del fútbol.

Son 32 historias que se fusionan con el presente y los antecedentes mundialistas de cada uno de los equipos que se presentará con sus sueños a cuestas en Brasil. No falta la del croata Boban, 'soldado' en la Guerra de los Balcanes, el esquivo destino mundialista de Di Stéfano, la leyenda holandesa, Cruyff, y sus represalias contra la camiseta naranja por su patrocinio, la Selección de Italia colgando pelotas en el mar por tener que entrenarse en un barco o el inglés Bobby Moore, que casi se pierde la Copa del '70 tras haber recibido acusaciones de ladrón.

Tampoco tiene desperdicio el paralelismo trazado entre la relación que transmiten en la cancha Messi y Agüero con la de Borges y Bioy Casares, como así tampoco las de John Lennon con el elenco nacional chileno, un Zidane argelino que no es Zinedine, el goleador suizo que rompía redes a pesar de jugar con anteojos y José Pekerman, conocido en Colombia como el "Patrón del Bien". ¿Más? Las profundas descripciones de cada una de las sedes que albergarán los cotejos mundialistas.

Como frutilla del postre, el análisis de un músico amante de la redonda e hincha de Lanús como Gustavo Cordera (designado para el prólogo), que anima al conjunto de Sabella a pensar en grande, sacarse los miedos e ir por la gloria. Y aparte, el acompañamiento al principio y el final, de un sabio del fútbol como Marcelo Bielsa, con frases propias que siempre dejan algo para pensar. "...Éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, la pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible. Atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar y esperábamos la compañía de la suerte. Ése es el fútbol muchachos", el aporte de un loco rosarino.