Mauro Martín rompió el silencio: "Yo no maté a nadie, estoy preso por ser el jefe de La Doce"

El barra de Boca, preso desde enero de 2013 por estar implicado en el crimen de un vecino de su cuñado, dijo que el juez de su causa "está tribuneando" con su detención y asegura: "Estoy detenido injustamente hace un año y medio"

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El 29 de agosto de 2011 Ernesto Cirino (58), habitante del barrio de Mataderos, falleció producto de un fuerte traumatismo de cráneo sufrido al golpear su cabeza contra el cordón de la vereda, en medio de una discusión por un perro tras la que recibió una golpiza por parte de Gustavo Petrinelli, vecino de la víctima y cuñado del jefe de La Doce, Mauro Martín, quien alertado por su pariente fue en su ayuda y así quedó primero imputado y luego, el 7 de enero de 2013, detenido en la causa por el crimen que investiga el juez de instrucción Manuel de Campos.

Desde aquel lunes 7 de enero cuando una división de la Policía Federal lo detuvo en el microcentro porteño, el líder de la barrabrava de Boca no había hecho declaraciones sobre su situación hasta hoy, cuando le aseguró al diario Olé que está preso hace un año y medio de manera "injusta".

"Yo no hice nada, ese día yo no hice nada. Lo que le conté al juez es la pura verdad, pero como era el jefe de La Doce, no me creyó. Me pusieron homicidio premeditado. ¡Qué premeditado ni mierda! Yo fui a separar a mi cuñado que estaba discutiendo con un vecino. Y me lo llevé. El otro se quedó (en referencia a Daniel Whebe, integrante de la barra brava de Boca) y si le pegó y el tipo se cayó y se rompió la cabeza, yo qué tengo que ver. Nada tengo que ver. Estoy preso por ser Mauro Martín. Cualquier otro estaría afuera", consideró el implicado sobre su situación.

Quien supiera conquistar el poder absoluto de la barra de Boca tras la era Di Zeo, calificó como "una boludez" el argumento del juez de la causa para dejarlo detenido, quien aclara que Martín no le pegó a Cirino pero que estuvo en la escena del crimen la noche del 29 de agosto de 2011 y que fue partícipe necesario de la muerte porque fue al auxilio de su cuñado con otro integrante de La Doce (Daniel Whebe), quien también habría participado de la golpiza.

"Eso es una boludez. A mí me llamó mi cuñado porque me dio a entender que le estaban queriendo entrar a la casa. Cuando llegué estaba discutiendo con un vecino por un perro. ¡Por un perro! Lo calmé y me lo llevé. Lo que pasó después, ¿qué tengo que ver? Y encima me deja adentro porque me dice que voy a entorpecer la investigación o me voy a fugar. Si yo no me voy a ir a ningún lado. Estoy preso injustamente hace un año y medio", sentenció.

Mauro Martín jura y perjura que nada tiene que ver con la muerte de Cirino, reconoce que carga en sus espaldas con antecedentes que no lo ayudan, pero cuando tiene la oportunidad dice con firmeza que no mató a nadie: "Yo no soy un santo. Cuando hice lo que hice lo pagué, y en la cancha, cuando me descubrieron en Racing y River violando la ley, lo admití y pagué. Pero nunca maté a nadie. Acá me estoy comiendo un garrón para que todos digan 'está preso el jefe de La Doce'. Están tribuneando".

El barra brava dice que su detención no soluciona nada en la materia de violencia en el fútbol: "Yo estoy en la cárcel y hubo dos muertos en Boca", recuerda y considera que su estadía en Devoto es para dejar "a todos contentos".

"Yo no maté a nadie. Nunca. No soy un santo, pero lo que hice lo cumplí y en esta soy inocente. Pero a la Justicia y a ustedes no les importa, porque soy Mauro Martín", cierra casi como pidieron clemencia.

Mauro Martín seguirá preso hasta que la Justicia dicte sentencia en la causa por el crimen de Ernesto Cirino. Si lo encuentran culpable, podría recibir una pena de entre 8 y 25 años de cárcel.