En abril de 1912, Esther Hart, en un viaje en barco a Nueva York, redactó una carta a su hogar contándole a su madre sobre su nueva vida. "Los marineros dijeron que tuvimos un tiempo maravilloso hasta ahora. No ha habido ninguna tempestad, pero Dios sabe cómo será cuando ocurra", escribió. Los pasajeros a los que se refería eran miembros de la tripulación del famoso RMS Titanic.
Pasaron 102 años desde la noche del 14 de abril de 1912, en la que el barco se hundió al chocar con un iceberg en el Océano Atlántico, en un accidente en el que murieron al menos 1500 personas (más de dos tercios de las personas a bordo), incluyendo al marido de Esther, Benjamin. Sin embargo, el interés parece no haberse reducido en lo más mínimo: la única carta escrita esa noche se vendió ayer por un precio record de 200 mil dólares en una subasta en Wilshire, Inglaterra.
"Había mucho interés. Hemos vendido otras cartas del Titanic, pero nunca alcanzamos una cifra parecida", declaró un portavoz de Henry Aldridge and Son, la casa de subastas que organizó la puja. También se subastó un menú de desayuno por 146 mil dólares, un precio más alto de lo esperado.
La nota, encabezada "A bordo del RMS Titanic", estaba en el bolsillo del abrigo que Benjamin le dio a Esther mientras la ponía a ella y a su hija Eva en un bote salvavidas. Esther murió en 1928 y Eva, que se convirtió en una de las mayores críticas por la falta de medidas de seguridad en el barco, en 1996. "Para ella esa carta siempre fue un recuerdo de aquel trágico viaje y de la pérdida de su marido", escribió Eva.