Los principales referentes del kirchnerismo porteño van a tener un día complicado. Sucede que anoche no pudieron cumplir con un mandato de Cristina Kirchner para cerrar un acuerdo con Mauricio Macri. La sesión incluyó escándalos, insultos y un cierre increíble.
Tal cual estaba previsto, la Legislatura porteña trató ayer sobre tablas el traspaso del predio de la ex ESMA de la Ciudad a la Nación. El macrismo y el interbloque kirchnerista tenían un acuerdo para alcanzar los 40 votos necesarios, pero el entendimiento se cayó y la ley que había pedido Cristina no salió.
Antes del debate las cuentas cerraban: se necesitaban los 28 votos macristas y 12 de los 16 del interbloque que componen el Frente para la Victoria, Nuevo Encuentro, el ibarrismo y el legislador Pablo Ferreyra, hermano de Mariano, el militante del PO asesinado por una patota ferroviaria.
Pero las matemáticas comenzaron a fallar cuando comenzaron las gestiones del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Hubo fisuras y el interbloque se rompió. Finalmente la votación arrojó 37 manos a favor, 11 abstenciones y seis negativos. Llamativamente, aliados como Gabriela Cerruti y Aníbal Ibarra no estuvieron en los momentos de definiciones.
También falló el ex canciller Jorge Taiana, enojado porque fue desplazado de la conducción del bloque, hoy en manos de Gabriela Alegre. Sus voceros indicaron que el ex ministro de Relaciones Exteriores estaba de viaje.
Alegre fue la protagonista de un cierre a puro escándalo. Caída la votación, trabajadores del Instituto Espacio para la Memoria que estaban presentes en las tribunas, empezaron a aplaudir. La jefa de los diputados K no se dio cuenta que su micrófono estaba abierto y lanzó: "Mirá cómo aplauden estos pelotudos".