CHILE 1962: gracias al 'anormal' de Garrincha, Brasil se olvidaba de Pelé y conseguía el 'Bi'

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El fútbol había sufrido un quiebre con el cambio de década. La prioridad ya no era hacer goles sino evitar recibirlos. Y el Mundial desarrollado en Chile no estuvo ajeno a dicha transformación, tal es así que esta séptima edición se caracterizó por un mediocre nivel, un juego defensivo y demasiado brusco. Claro que hubo un combinado, o más bien un protagonista que guió a su Seleccionado, que no se dejó contagiar por dicha mezquindad y con el fútbol como 'bandera' alcanzó la gloria. Ese fue Garrincha, que con la habilidad como máxima expresión, condujo a Brasil al Bicampeonato.

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Tras doce años, la Copa del Mundo volvía a disputarse en América y Chile fue el país elegido para celebrar la séptima edición de la emblemática cita. Aunque la elección sorprendió a propios y extraños, dado que el país no contaba con la infraestructura necesaria, el presidente del Comité Organizador (Carlos Dittborn) se puso como meta lograr lo imposible y avisó: "Como nada tenemos, todo lo haremos". Así fue que captó la atención y logró la inscripción de 56 Selecciones (nuevo récord), de las cuales se clasificaron diez del Viejo Continente (Alemania, Bulgaria, Checoslovaquia, España, Hungría, Inglaterra, Italia, Suiza, Unión Soviética y Yugoslavia) y seis del Nuevo (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay).

Con el cambio de década, también el fútbol había sufrido una modificación. Muy atrás quedaron aquellos vibrantes encuentros que captaban la atención de todos por la gran cantidad de goles. Ya la prioridad no era convertir, sino evitarlos. Y claro que el Mundial no pudo estar ajeno a dicha transformación. Partidos apáticos, defensivos, trabados y violentos fueron los que le dieron un mezquino estilo a la Copa durante todo su desarrollo.

En el Grupo 1, por ejemplo, Uruguay superaba 2 a 1 Colombia con serias dificultades, mientras Unión Soviética le ganaba 2-0 a Yugoslavia en un duelo demasiado brusco. La violencia desmedida ya se cobraba una víctima: el lateral soviético Dubinski sufrió la fractura de su pierna derecha. Los yugoslavos se recuperaron derrotando luego a la 'Celeste' por 3 a 1 en una nueva batalla que tuvo como principal protagonista la agresión, que se llevó consigo un expulsado por bando. Yugoslavia ya había dejado a la luz cuál era su 'estilo' y no lo cambiarían a lo largo del certamen. El duelo entre la URSS y Colombia fue el que rompió con todos los moldes, para bien claro está. Es que los soviéticos vencían con relativa facilidad y a poco de iniciado el complemento marcaba el 4-1 con el que parecía comenzar a cerrar el partido. Sin embargo, los 'cafeteros' no se dieron por vencidos y tuvieron una ráfaga en la que marcaron tres tantos en diez minutos para empatar 4 a 4. Finalmente, fueron la Unión Soviética y Yugoslavia los que avanzaron.

La zona 2 no fue distinta al resto, con duelos de pocas emociones como el 0 a 0 entre las campeonas Italia y Alemiana, o batallas como la que protagonizaron Chile y los tanos, que terminaron con nueve hombres por las expulsiones de dos de sus hombres, de los cuales uno terminó con la nariz rota tras recibir una descalificadora piña en su rostro. Con los estadios como campos de lucha en lugar de juego, los clasificados fueron Alemania y Chile (quedando en el camino Italia y Suiza).

En el Grupo 3 todos los ojos ahora sí estaban puestos en un Pelé que había nacido para el mundo cuatro años atrás en Suecia. Aunque no brilló, su escasa participación fue suficiente para servirle un gol a Zagalo, marcar otro y salir airosos del debut en el que Brasil venció 2 a 0 a México. No sucedió mucho más en dicha zona, en la que se destacaron la eliminación de España que nunca supo cómo suplir la ausencia de Alfredo Di Stéfano y el empate sin goles entre la 'Verdeamarelha' y Checoslovaquia (los dos clasificados), que terminó con la grave lesión de 'O Rei' que se despediría tempranamente del resto de la competencia.

En la última zona prácticamente no había dudas de quiénes serían los dos privilegiados que avanzarían a la siguiente fase: Inglaterra y Argentina. Y claro, como la mayoría de las ocasiones en que se cree tener la verdad absoluta, esto no se cumplió. Ambas candidatas mostraron un fútbol tan pobre como penoso, más aún la 'Albiceleste' que sólo ganó su primer duelo por 1-0 a Bulgaria, para luego perder 3-1 ante los británicos y empatar sin goles con Hungría. Similar fue la campaña inicial de los ingleses, que tras ganarles a los sudamericanos, también contó con una igualdad en cero (Bulgaria) y una derrota (2-1 Hungría). Los ingleses clasificaron por diferencia de gol ante igualdad de puntos con Argentina (sistema de desempate que se inauguraba), junto a los húngaros.

Así las cosas, los que llegaron con vida a Cuartos fueron Chile, URSS, Yugoslavia, Alemania, Brasil, Inglaterra, Checoslovaquia y Hungría. Dos de los encuentros estuvieron a tono con el pobre nivel del certamen. Uno de ellos fue la victoria por la mínima de los yugoslavos ante los alemanes y el otro el triunfo de Checoslovaquia (también 1-0) sobre los húngaros. Por otro lado, Chile sorprendió venciendo por 2 a 1 a la Unión Soviética. En realidad lo llamativo fue la poca reacción de quien era considerado uno de los mejores arqueros de aquellos tiempos, Lev Yachine, quien ni siquiera se movió en los dos goles del local pensando que la pelota no entraría en su arco.

Hubo que esperar al cruce de Brasil con Inglaterra para que las emociones aparecieran. La ausencia de Pelé le dio paso a la explosión de aquel 'débil mental' que ya había hecho de las suyas en Suecia pero que había quedado opacado por el nacimiento de 'O Rei': Garrincha. Ese que con su 'cerebro infantil' (como lo catalogó el psicológo) se divertía con la redonda en sus pies y juntos eran el fútbol en su máxima expresión. Con su desfachatez y habilidad como bandera, guió a la 'Verdemarelha' al triunfo por 3-1: dos goles suyos y una espectacular maniobra para cederle el tercer tanto a Vavá. "¿De qué planeta viene Garrincha?", fue el titular de los medios locales para rendirse ante semejante superioridad.

En las Semis midieron fuerzas las Selecciones que compartían Continente. Por un lado Checoslovaquia superó por 3-1 a Yugoslavia, que se despidió dejando el nombre de Jerkovic inscripto en la historia como el máximo goleador del certamen con escasos cinco tantos. Por el otro llegaban Brasil y Chile. Aunque todo el país anfitrión se paralizó con dicho encuentro, los jugadores chilenos sabían que enfrente tenían a los mejores y saltaron al campo de juego sabiéndose inferiores de antemano. Para colmo, en media hora Garrincha ya había hecho de las suyas y le había propinado dos cachetazos al local imposibles de remontar. Vavá fue quien marcó el otro doblete para sentenciar el 4-2 final que dejó a los anfitriones fuera de 'su' Copa.

Había llegado el día. Era 17 de junio y dos conocidos (habían igualado sin goles en la fase inicial) se dirimían la gloria. Los checos iban por el batacazo ante unos brasileños que ya saboreaban las mieles de su segunda consagración. La 'Verdeamarelha' se sabía más que cualquiera y no eran en vano sus aires de superioridad. Choque de estilos: de un lado la disciplina táctica de Checoslovaquia; por el otro de uno de los pocos combinados que aún se animaba a proponer gracias a la desfachatez de sus protagonistas.

Para sorpresa de muchos, el duelo no comenzó de la manera pensada, ya que era Checoslovaquia quien a los 15 minutos había logrado ponerse en ventaja. Sin embargo, ese tanto no le sirvió para ganar seguridad sino todo lo contrario. Dos minutos más tarde, su arquero tuvo una infantil falla que les facilitó la tarea a los brasileños, que emparejaron por intermedio de Amarildo. Dicho vibrante comienzo había generado la ilusión de ver una final a puro gol. Pero esto no terminó de suceder. Hasta el campeón pareció 'rendirse' ante la mediocridad que envolvió a esta séptima edición mundial y recién en el complemento Brasil selló la historia con los goles de Zito y Vavá para decretar el 3-1 final que le daba el bicampeonato. La leyenda había comenzado...

RESUMEN ESTADÍSTICO

Fecha: 30 de mayo al 17 de junio

Campeón: Brasil

Segundo: Checoslovaquia

Tercero: Chile

Cuarto: Yugoslavia

Selecciones participantes: 16

Partidos disputados: 32

Goles: 89 (promedio de 2,8)

Goleador: Jerkovic 5 (Yugoslavia)