El odio de Gabo a "Cien años de soledad"

El genial autor confesó que su obra más premiada no fue la mejor escrita. El éxito del libro le cambió la vida "y no para bien"

Compartir
Compartir articulo
 EFE 163
EFE 163

En la era de los éxitos rápidos y de alto impacto, parece poco usual que una obra que le cambió la vida a su autor y lo convirtió en un referente permanente de la cultura fuera un drama a tal punto que lo hizo "odiar" su propia creación.

Gabriel García Márquez escribió Cien años de soledad en 1967 y el éxito de su novela ha sido tal que para muchos ese libro es la mejor representación del realismo mágico latinoamericano y el equivalente regional al Quijote español; es decir, un libro que quedará para siempre como referencia de la lengua castellana y la cultura latinoamericana.

Pero en 1991, en una entrevista que el autor concedió al diario español ABC en la ciudad de Sevilla, García Márquez admitió que el cambio de vida que significó el éxito de Cien años de soledad fue una conmoción, "y no para bien". "El acoso al que he sido sometido me ha perturbado. Desde entonces, mi vida ya no es la misma", dijo Gabo.

García Márquez contó: "Antes, cuando era una persona normal y espontánea, quedaba con alguien para almorzar y bromeábamos de cualquier insignificancia... Ahora, cuando llego a un restaurante, hay veinte personas esperándome, como si fuese una atracción de circo".

En la entrevista concedida en 1991, el premio Nobel consideraba que su obra maestra estaba "escrita con todos los trucos de la vida y con todos los trucos del oficio", en una elíptica crítica a los expertos literarios que habían elevado Cien años de soledad al nivel de las mejores obras literarias. Para Gabo, El otoño del patriarca era una novela mejor escrita y de calidad superior que su libro más vendido. Consideró que "los críticos ni habían sabido leerla ni habían sabido interpretarla".

Para el fallecido escritor, su obra más traducida, leída, vendida y premiada terminó en un sentimiento superior al del autor que reniega de su obra, y en esa entrevista confesó: "Me ocurre algo peor: la odio".