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Los vientos de guerra en Ucrania y el tsunami populista se enlazan con el aniversario de la Primera Guerra Mundial y, desde Estrasburgo, resuena el alerta en el penúltimo día de las sesiones del Parlamento Europeo, que será renovado por los votantes en mayo próximo.
También en 1914, Europa era "próspera, culta, poderosa y vivía un período de paz excepcional". Pero con las balas del nacionalista serbio Gavrilo Princip, en Sarajevo, el continente cayó en la primera Gran Guerra.
Hoy, que Ucrania podría dividirse, que la ola populista, nacionalista y antieuropea se acerca al Parlamento, José Manuel Barroso, el presidente de la Comisión, que guió a Europa en los últimos diez años, advierte: "(Los hechos en Ucrania) nos dan una lección que nunca, repito nunca, debemos olvidar: la paz y la estabilidad en Europa no se pueden dar por descontadas".
"Quien defiende la xenofobia y el ultranacionalismo también ataca a la UE y sus valores"
"Ahora que nuestros antiguos demonios se están despertando, no debemos olvidar que quien defiende la xenofobia y el ultranacionalismo también ataca a la UE y a sus valores", agregó el portugués.
La última previsión de la consultora PollWatch le asigna al sector euro-escéptico populista y a la extrema derecha 127 bancas sobre las 751 del nuevo Europarlamento y otros 53 a la izquierda unitaria que cuestiona a la UE, mientras las tres agrupaciones tradicionalmente europeístas -populares, socialista y liberal demócratas- bajan del actual 72% al 65% de los escaños.
El jefe de bancada del Partido Popular Europeo, el alsaciano Joseph Daul, que luego de las elecciones europeas sólo se dedicará al rol de presidente del Partido y a sus criaderos de bovinos, expresó: "Estoy convencido de que si Europa se rinde a los populistas y a los euro-escépticos, será un retorno al caos y a la guerra".
Para el líder de los parlamentarios socialdemócratas, el austríaco Hannes Swoboda, "si Europa se limita a una cooperación entre Estados, se vuelve vulnerable a los ataques de los nacionalistas".
El precio a pagar, opina, será "la paz social, la prosperidad y la confianza internacional".
Y mientras el liberaldemócrata Guy Verhofstadt subraya que el desafío de Europa, que surgirá de las elecciones del 25 de mayo próximo, es dar respuestas que "hagan olvidar el populismo y el nacionalismo"; el líder histórico de los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, en su discurso, luego de veinte años en el Europarlamento, crucifica a quien ha gestionado la UE: "Si seguimos así, destruiremos todo" porque "los europeístas ya se sienten desarmados frente a la ideología de los euro-escépticos de derecha e izquierda".
Se precisa salir de la incertidumbre, terminar con una crisis económica que tiene sus raíces en la política, en "las tendencias hegemónicas" de quien "piensa que la verdad reside en un solo país".
El futuro está "en la Europa federal", agrega, porque "ni siquiera Alemania estará en el G-20 en treinta años" y sin "Estados unidos de Europa", el continente habrá perdido todo.