El famoso "Plan B": una alternativa para enfrentar las adversidades

Muchas personas se rinden ante la primera adversidad, mientras que otras son flexibles y propensas a generar alternativas. ¿Por qué puede ser ventajoso tener siempre un plan de emergencia bajo la manga?

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Quienes siguen su plan original a rajatabla, muchas veces se encuentran con problemas que no contemplaron y esto puede hacerlos abandonar la meta. Pero aquellos que dejan de preocuparse por el conflicto para ocuparse de las soluciones, son los que sortean las malas circunstancias y ponen sus herramientas en juego para salir adelante. ¿Se puede adquirir una nueva visión para crear un plan B, tanto en lo personal como en lo laboral? ¿Existen personalidades que buscan con más facilidad esta nueva alternativa? Para llevarlo a cabo, ¿hay que tener el control o dejarse llevar?

Resguardar los resultados

El plan B funciona como respaldo del plan A. Este puede estar diseñado antes de la posible caída del plan A, o luego, con las características que prevén un funcionamiento eficaz. A partir de la experiencia adquirida en la falla del primer plan y, desde un nuevo punto de vista, se lo puede convertir en un plan mejorado. No tener un plan B dependerá del juicio y la confianza que tengamos en el futuro.

Por otro lado, el plan B pretende construir una cierta previsibilidad a medida que avanzamos. Por eso, las personas que posean esta característica estarán siendo precavidas, y contarán con esta posible carta de resguardo.

De este modo, el plan B surge por la necesidad de otra alternativa viable. Si el principal falla o no se puede aplicar por algún motivo, tendremos la posibilidad de aplicar otro, sin que esto afecte demasiado nuestro devenir. La necesidad de un plan B se hace más grande cuando aumenta la importancia de llegar a buen término con nuestros resultados. No es lo mismo coordinar acciones mediante un plan en un ámbito de nuestras vidas, que en otro.

Tener el control

Diseñar un plan B funciona para tener seguridad y para comprometernos con resultados efectivos. Por eso, siempre da cierta ilusión de tranquilidad o control. Se habla de ilusión ya que nadie nos puede garantizar que el plan B realmente cumpla el objetivo propuesto con un resultado positivo. Nadie sabe que un plan falla hasta que esto se produce. De otro modo, aplicaríamos el plan B directamente o, lo que es lo mismo, no existiría.

¿Qué tipo de personalidades son propensas a tener un plan B? Podríamos hablar de personalidades o personas inseguras, previsoras, responsables, líderes, o de una combinación de ellas. De las conversaciones internas que tengan estas personas, ajustadas con sus compromisos (responsabilidad, resultados, efectividad, imagen, etc.) se desprenderán los distintos planes alternativos, necesarios para lograr tranquilizar dichas conversaciones.

Por otro lado, si creemos que las amenazas que pueden hacer fallar nuestro plan principal son más grandes que nuestros recursos, o no nos sentimos seguros, puede ser beneficioso tener un plan B que nos garantice poder seguir buscando buenos resultados.

Personal y laboral

El plano laboral siempre está incluido en el plano personal, y desde esta interpretación podremos entender que los motivos que nos pueden llevar a tener un plan B en lo laboral son los mismos que tenemos en lo personal. Estas motivaciones tienen que ver con la obligación adquirida, la cautela, la eficacia y las consecuencias indeseadas de la falla, entre otras.  

Tener un plan B puede estar mostrando un compromiso con la obtención de resultados que abran las posibilidades de una determinada empresa u organización. Desde el management, muchas negociaciones se apalancan en un plan B, es decir que se amparan en el famoso MAAN (Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado). Esta estrategia tiene como punto de partida un plan B, porque de salir mal la negociación podremos proveernos de este plan alternativo.

Es claro que el éxito tiene más que ver con la posibilidad personal de poder generar una alternativa o plan B luego de fallar en un resultado, que de tener una previsibilidad permanente ante tales eventos. Pero si bien las personas exitosas suelen tener un plan B, esta no es una condición indispensable para el éxito.

Mitos y verdades sobre el plan B

·         Quien toma un plan B renuncia a su deseo y se conforma con una alternativa menos favorable.

Falso. El plan B sirve para cumplir con el mismo fin, a través de otros medios.

·         Cuando es imprescindible obtener resultados acordes con nuestras expectativas se torna necesario tener un plan B.

Verdadero. El plan B sirve para posibilitar el logro de un resultado efectivo, que no se pudo obtener con un plan anterior.

·         El plan B y la frase "es lo que hay" apuntan a la resignación.

Falso. El plan B no es una opción conformista ni simplista. Por el contrario, es una visión real de las circunstancias, las herramientas que poseo y el trayecto que tendré que transitar hacia la meta.

·         El plan B puede presentar pocos cambios o un rediseño total del plan A.

Verdadero. Algunas veces el plan B solo es el plan A con determinado maquillaje, pero otras veces necesita un replanteo general, e incluso contar con los anticuerpos necesarios para no sufrir las fallas del plan inicial.

·         No se puede carecer de un plan B.

Falso. Si confiamos en nuestra capacidad de respuesta a la adversidad y el tema lo permite, podremos vivir sin plan B. Esto dependerá de la confianza en nosotros mismos o del equipo del que formemos parte.

10 características del plan B

  1. Es frecuente en personas      previsoras.
  2. Apunta a obtener resultados      positivos cuando el plan original no funciona.
  3. Es útil si el plan A genera      inseguridad o temor.
  4. Suele ser parte del accionar de      las personas exitosas.
  5. Abre posibilidades y caminos      alternos.
  6. Da la sensación de resguardo y      tranquilidad ante un inconveniente.
  7. Puede ser similar al plan A o      totalmente distinto.
  8. Es un pilar esencial cuanta más      responsabilidad haya por concretar una acción con éxito.
  9. No es imprescindible y depende de      la forma de cada uno de reaccionar ante los imprevistos.
  10. Es una posibilidad de éxito, no      una garantía.

Las condiciones de satisfacción

Son aquellas que resultan de un pedido o una orden. Así es que las preguntas cuándo, dónde, cómo y todas aquellas que indaguen las condiciones para el cumplimiento de los pedidos y órdenes, pueden ser calificadas como condiciones de satisfacción.

Del chequeo de estas condiciones dependerá que el compromiso asumido pueda ser cumplido de la manera requerida. Por esta razón, muchos de los incumplimientos, malentendidos y reclamos surgen de no prestar atención a estos "detalles".

Algunas personas manipulan las condiciones de satisfacción y, por ejemplo, no nos dicen que nos devolverán el auto con el tanque vacío si se lo prestamos, lo que tal vez no ocurriría si blanquearan la situación desde un principio. Por eso, obvian tal condición que, posiblemente, operaría en contra de su pedido y, de esta forma, manejan nuestra respuesta.

Analizando este caso, podríamos decir que es fundamental preguntarse qué condición de satisfacción debería cambiar para que determinada persona le diga "sí" a mi pedido. Y así  podríamos obtener una respuesta positiva luego de haber recibido una negativa. Este es un verdadero plan B.


* Por el Ing. Juan José Arévalo, coach profesional dedicado al entrenamiento en Liderazgo y Coaching Ontológico en empresas y organizaciones.