Sobreviviente del alud en EEUU: "Golpeó mi casa como una ola"

Al escuchar un estruendo, Robin Youngblood se asomó por la ventana creyendo que había caído un avión. Cuando vio el muro de barro avanzando rápidamente hacia su vivienda, no tuvo tiempo de reaccionar

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 AP 163
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El ruido de la ladera al derrumbarse fue tan fuerte que Robin Youngblood creyó que un avión había chocado, pero cuando se asomó por la ventana de su casa rodante, todo lo que vio fue un muro de lodo avanzando rápidamente a través de su amado valle ribereño, hacia su vivienda.

"Todo lo que pude decir fue 'Oh, Dios mío' y entonces nos golpeó", narró Youngblood a la agencia de noticias The Associated Press. "Como una ola, golpeó nuestra casa móvil y la levantó. Rompió el techo de la casa. Cuando dejamos de movernos, estábamos llenos de lodo por todas partes. En dos minutos ocurrió todo".

Youngblood está entre los pocos sobrevivientes del desplazamiento de tierra, masivo y letal, que destruyó el pasado fin de semana una comunidad rural ubicada al noreste de Seattle. Cinco días después de la destrucción, Youngblood visitó Darrington para ver a su primo y dar seguimiento al proceso de ayuda federal.

"Es realmente duro ver todo esto. Es realmente duro saber que no puedo ir a casa. Esta semana he dicho en varias ocasiones que necesito ir a casa ahora, luego me doy cuenta de que no hay casa a la cual ir", comentó el jueves.


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A inicios de la década de 1900, la familia de Youngblood ayudó a establecer la comunidad de Darrington. Eran miembros de la tribu Cherokee que fueron obligados a mudarse a Oklahoma y Arkansas, pero ellos decidieron mudarse a Washington. La bisabuela de Youngblood está sepultada a unas manzanas del centro de Darrington, afirmó.

Hace dos años, Youngblood estaba viviendo en Hawaii, pero sus hijos le pidieron que regresara a casa. Ella encontró una casa móvil sobre un terreno de 2,4 hectáreas, la mitad del cual es zona acuosa por la presencia de un río. La otra mitad del terreno, dijo, estaba sobre la línea histórica de inundación.

Ella tenía el valle alrededor de su casa, con águilas, osos, zorros, salmones y coyotes. Fuera de su casa, ella manejaba una iglesia cimentada en su herencia cultural nativa americana. Todo eso fue destruido el sábado en segundos.

El muro de lodo golpeó su casa, engulléndola a ella y a un estudiante de su iglesia. Youngblood fue capaz de nadar a la superficie y aferrarse al techo desprendido antes de que entrara más agua, un golpe de suerte que probablemente ayudó a salvar su vida porque no estaba atrapada. Su estudiante, un ciudadano holandés llamado Jetty Dooper, también salió a la superficie.


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"Sacamos todo de nuestra nariz y boca para poder respirar", dijo Youngblood. Cuando estaban subiendo al techo, un par de niños vecinos corrieron hacia el lodo, pero Youngblood les gritó que no lo hicieran y que llamaran al número telefónico de emergencia 911.

Cubiertos de lodo muy frío, Youngblood y Dooper aguardaron. Mientras esperaban ayuda, ella vio algo de sus pertenencias flotando hacia ellos, una pintura llamada Visión de lobo. Aproximadamente una hora después, llegó un helicóptero y la tripulación rescató a Youngblood y Dooper. Ella se aseguró de que la pintura también fuera recuperada; es todo lo que tiene de su casa.