"Al Papa no le interesa estar en el centro de la escena", declaró su principal colaborador

Guillermo Karcher es argentino, de Saavedra, porteño como Francisco. Trabaja en el Vaticano desde 1997 pero ahora disfruta más que nunca de su tarea: está cerca de quien hasta hace poco tiempo era su arzobispo, su vecino. Está a cargo del área de ceremonial y colabora con el Pontífice cuando hay que organizar algunas celebraciones religiosas especiales. Su trabajo lo lleva a reunirse todas las mañana con el Santo Padre

Compartir
Compartir articulo
 AFP 162
AFP 162
  162
162

"Lo veo siempre entre las 8:30 y las 9. Esta mañana lo vi, nos actualizamos con noticias de acá y de allá. Y está muy bien predispuesto, como siempre. Le comenté la mención de la revista Fortune, pero el relativiza todo, no le interesa estar en el centro del mundo. Lo único que lo conmueve es San Lorenzo", bromeó en diálogo con Luis Novaresio en radio La Red.

Ayer la revista de Negocios Fortune mencionó a Francisco como el hombre más influyente del mundo. Quedó primero en una lista de 50 nombres, escoltado por la canciller alemana Angela Merkel- Tercero aparace Alan Mulally, CEO de la automotriz Ford.

"A él no le gusta figurar, pero si esto sirve para que la gente esté bien, tenga gozo interior, que le dé satisfacción y energías, lo pone contento", sintetizó Karcher.

El sacerdote reconoció que Francisco es un Papa que cambió todas las reglas vigentes en cuanto a protocolo. Es espontáneo y hace lo que siente en cada momento. Recordó que esta semana decidió ir a esperar a la presidente Cristina Kirchner a la puerta de la residencia Santa Marta, algo que no estaba previsto. "Él dijo voy a ir a esperarla a la puerta y fue. Hacé lo que vos quieras, vos ponés las reglas acá, le dije", recordó Karcher entre risas.

La espontaneidad de Francisco hace más fácil el trabajo de Karcher Pero lo que más destaca es la sencillez del Santo Padre, su manera de vivir, ordinaria, de todos los días. "No hay que hacer cosas extraordinarias para figurar, es una enseñanza que nos deja a todos; lo ordinario lo veíamos como extraordinario y no es así", completó.