Es masivo el rechazo a la eliminación de la reincidencia que prevé el nuevo Código Penal

El instituto de la reincidencia "agrava" las penas de los imputados y establece menos garantías procesales para aquellos que volvieron a incurrir en el delito. En algún punto, no sorprende que solo una pequeña minoría (8,7%) esté dispuesto a suprimirlo. En toda la etapa kirchnerista, la seguridad y el castigo a la delincuencia se convirtió uno de los reclamos más sentidos de la población. La demanda tuvo su hito en 2004, con las movilizaciones masivas protagonizadas por Juan Carlos Blumberg en reclamo de justicia por el secuestro y asesinato de su hijo Axel. Todo concluyó en leyes que endurecieron las penas de un grupo de delitos, pero cuyo impacto resultó insignificante en la reducción de la criminalidad.

La encuesta, realizada entre el 6 y el 10 de marzo, detectó que la opinión sobre la reincidencia es homogénea entre los distintos grupos sociales. Los ingresos, la edad y el sexo de cada persona prácticamente no influyen en esta polémica puntual.

En otras palabras, gran parte de la población está de acuerdo con los cuestionamientos de la oposición. En pleno debate por la reforma, dirigentes y legisladores criticaron duramente el anteproyecto de ley por suprimir la cadena perpetua y establecer castigos más blandos para algunos delitos.

En la misma sintonía se expresó ayer la Corte Suprema de Justicia. En un fallo, ordenó a un condenado reincidente a cumplir la totalidad de la pena que le fue impuesta y le impidió el goce del beneficio de la libertad condicional.

Del grupo de parlamentarios adversarios del Gobierno, el que acertó fue el diputado del Frente Renovador Sergio Massa. Según la encuesta, su campaña de consultar a la población a través de un plebiscito tuvo una considerable aceptación: 57,8% estuvo de acuerdo con la iniciativa, el 32,9% la rechazó, y 9,4% no sabe o desconoce el tema.

Entre los que más se mostraron favorables a la participación, figuraron el 61% de las mujeres y el 64,4% de las personas mayores de 56 años. En el otro extremo, los menos tentados a influir en la polémica fueron los jóvenes de 18  a 35 años, los cuales adhirieron en un 50,2% a la propuesta, 7 puntos por debajo de la media total. Ese mismo segmento expresó el mayor nivel de desconocimiento, con un 13,9 por ciento.

Por último, los encuestados respondieron si están de acuerdo con que se restrinjan los cortes de ruta y de calles como forma de reclamar. La pregunta apuntaba al último discurso de la presidente Cristina Kirchner. Durante la apertura de las sesiones legislativas, despotricó contra los piquetes y pidió votar una ley que los restrinja, una postura que dista a la relativa permisividad que otrora adoptó el kirchnerismo sobre la protesta social.

Además, la clase social de pertenencia influye en el rechazo a los cortes. De las personas de ingresos altos consultadas, el 77% opinó por impedirlos, seguido por los sectores más populares (61,9%) y los sectores medios (56,3%). En este último grupo es donde más se percibieron las actitudes permisivas hacia esa modalidad de protesta, alcanzando el 33 por ciento.

El estudio consistió en 1.200 encuestas telefónicas aleatorias realizadas en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, distribuidas en forma proporcional según sexo, edad y nivel socioeconómico. El margen de error del relevamiento es de +/- 2,8 por ciento. Aragón precisó que la falta de opinión e información que los encuestados podrían tener sobre las temáticas consultadas fueron neutralizadas a través de explicaciones exhaustivas.

Por: Juan Pablo Piscetta - jpiscetta@infobae.com