Citan a juicio a Ricardo Jaime por un caso de corrupción

El juez Ercolini firmó la citación a juicio, paso procesal que suspende el plazo de prescripción y que significa el inicio del camino hacia el debate oral y público por el delito de dádivas

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Hay documentación que vincula a Jaime con la operación de pago de coimas a la clase política brasilera Mario Sar 162
Hay documentación que vincula a Jaime con la operación de pago de coimas a la clase política brasilera Mario Sar 162

Ricardo Jaime asumió el 28 de mayo de 2003 como secretario de Transporte de Néstor Kirchner. Apenas 37 días después comenzaba a ser "adornado" por el empresario Néstor Otero, dueño de la Terminal de Ómnibus de Retiro, una concesión que debía ser controlada por Jaime. El empresario Otero pagaba mensualmente el alquiler del funcionario que debía supervisar su negocio. Un caso de corrupción que encuadra en el delito de dádivas. Jaime y Otero fueron procesados, ese procesamiento confirmado por la Cámara Federal y luego de muchas chicanas procesales planteadas por las defensas de los imputados, el juez Julián Ercolini firmó la citación a juicio.

Como el delito es penado con un máximo de dos años de prisión el juicio no lo hace un Tribunal Oral Federal sino un juez. El caso lo tiene a su cargo Ercolini y, según fuentes judiciales, firmó hace una semana el escrito que convoca a las partes a ofrecer pruebas y que, además, interrumpe el plazo de prescripción.

El caso de los alquileres pagados por Otero fue revelado en mayo de 2010 por el diario Clarín. Desde entonces la Justicia dio todos los pasos necesarios para que el expediente llegara al juicio oral y público. Seguramente en 2014 se realizará el juicio por uno de los tantos casos de corrupción en los que Jaime está imputado.

La relación entre Otero y Jaime fue promiscua desde el punto de vista de los negocios. No sólo se demostró que el empresario le pagaba el alquiler de los departamentos en los que Jaime vivió desde 2003 hasta 2009. También está probado que integrantes de la sociedad que controla Retiro compraron un hotel en Carlos Paz que era manejado por Julieta Jaime, la hija del ex funcionario kirchnerista. Otra de las comprobaciones de la estrecha proximidad entre los dineros de Otero y los deseos de Jaime es que el cuñado del empresario compró en comisión una casa en un barrio cerrado de San Isidro. Lo hizo a nombre de María Filomena Pfaffen, ex suegra de Jaime, jubilada y quien vivía en Río Gallegos. Esas son las tres pruebas halladas en diferentes investigaciones judiciales en las que se demuestra que Jaime formaba parte de la cadena de la felicidad alimentada por Otero. Los investigadores creen que hay muchas más "dádivas" por descubrir. Y además, explican, tenían una finalidad clara: Jaime y el kirchnerismo le dieron a Otero algunos negocios. El más importante: la renovación hasta el año 2015 del contrato de explotación de la Terminal de Retiro. Jaime le fijó un precio más bajo que el Otero abonaba antes de 2006 cuando se hizo esa negociación. Luego de aprobada la extensión de la concesión el cuñado de Otero compró la casa de fin de semana donde Jaime descansaba de sus agotadoras tareas de control del sistema de Transporte.

Pero además en los últimos años Otero fue seleccionado para explotar terminales de ómnibus en varias provincias y municipios manejados por el kirchnerismo. Pero como todo buen hombre de negocios, no tiene limitaciones respecto de la pertenencia partidaria de quienes le den concesiones: hace unos meses el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció una excelente idea. Se hará una Terminal en Villa Soldati que, por un lado quitará tráfico en la de Retiro y  por otro, evitará que los habitantes del sur de la ciudad tengan que viajar hasta el centro para tomar un ómnibus. Esa nueva Terminal también será para Otero. Un empresario que tal vez el año que viene, luego de la decisión de Ercolini, tenga que explicar en un juicio oral y público por qué le alegraba mensualmente la vida al ex secretario de Transporte de los primeros seis años de la década kirchnerista.