Desde Miami, donde se encuentra grabando un disco, Rodrigo Díaz, la última pareja de Ricardo Fort, habló con Intrusos. En el medio de un llanto desgarrador, contó sus sensaciones tras enterarse del fallecimiento del empresario mediático.
"Desde que me enteré que Ricardo falleció, me puse muy mal porque acá vine a cumplir una meta por Ricardo. Él me mandó acá un día antes de que se interne porque él quería esto, que consiga este contrato, la carrera que él siempre soñó", dijo Díaz, a través de Skype, y aclaró por qué no pudo venir para estar con los más cercanos a Ricardo en este difícil momento: "No me podía ir sin cumplir el objetivo que él tanto quería. No le podía fallar".
Díaz viajó a Miami un día antes de que Fort se internara y pese a que él no quería separarse de su lado, el empresario le insistió: "Él me decía 'tenés que ir ahora, porque tenés que conseguir ese objetivo que tanto quisiste'. Él estaba feliz y orgulloso, me comunicaba todos los días. No lo podía creer".
"Tengo esta camisa puesta, que fue la última que usó él acá. Estar en este departamento y no verlo en el baño fumando o en la cama en que dormíamos juntos, me mata", agregó, entre lágrimas.
"Lo primero que dije fue que me quería ir el lunes. Me quería ir. Me supo contener la poca gente que tengo acá... Vuelvo mañana. A la noche ya estoy saliendo y llego el jueves a la mañana y me voy directo al cementerio", expresó, y aclaró que él nunca tuvo problemas con la familia de Ricardo: "Voy a ir ahí como su última pareja, como el pibe de 21 años que lo supo comprender... Jamás le fallé a Ricardo".
Frente a la cámara web, Rodrigo contó cómo fue la última comunicación con él: "El último llamado le dije que lo quería con el alma. Él me dijo 'yo también, estoy orgulloso de vos'".
"Él va a estar en cada canción, en mi cabeza y en cada lugar que pueda aparecer, lo voy a recordar siempre", confesó.
"No pude abrazarlo y decirle todo lo que lo quería, porque lo quería de verdad", aseguró Rodrigo desconsolado.
"Me hizo feliz y yo traté de hacerlo feliz a él. Era el único que lo hacía reír, con las boludeces que hacía yo, un pibe del interior... En el último tiempo fue feliz, pese al dolor", explicó.