La Iglesia negó haber acordado con el Gobierno cambios en el nuevo Código Civil

El titular de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, señaló que "no hubo nada que no se conociera" en los diálogos con el Poder Ejecutivo. "La participación de la Iglesia fue clara y pública", remarcó

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 Télam 162
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En momentos en que la oposición alega que el gobierno nacional realizó un acuerdo con la Iglesia para modificar algunos de los puntos más polémicos del nuevo Código Civil y Comercial, fue el propio José María Arancedo quien salió a desmentir las acusaciones.

"La participación de la Iglesia fue clara y pública. Actuamos con honestidad y responsabilidad, al plantear públicamente nuestro parecer como un servicio a una obra que nos compromete a todos. No hubo nada que no se conociera", advirtió el titular de la Conferencia Episcopal Argentina.

En ese sentido, el referente eclesiástico consideró que es "una buena medida" la decisión de postergar hasta el 2014 el debate de la normativa para "dar mayor tiempo de reflexión en un tema en el que es necesario un mayor acuerdo político". Luego de que se conocieran los últimos cambios, buena parte del arco opositor anunció que no estaba dispuesto a acompañar la normativa.

Los cuestionamientos surgieron luego de que se conociera la intención del oficialismo de modificar el articulado del proyecto de nuevo Código Civil para determinar que para la ley argentina el inicio de la vida humana tiene lugar "desde la concepción". De concretarse esta modificación, no sólo se verían reducidas las posibilidades de un aborto legal, seguro y gratuito, sino que incluso podría peligrar los procedimientos de implantación de embriones.

Al ser consultado al respecto por el diario La Nación, Arancedo defendió la idea de que es en la concepción donde comienza la vida. "Desde ese momento hay vida humana y debe ser protegida sin importar las circunstancias. Los embriones no son cosas", apuntó.

Por otra parte, el obispo de Santa Fe destacó algunas de las otras modificaciones realizadas, pero anticipó que aún quedan puntos por pulir: "Valoramos que se haya excluido la legalización de la maternidad subrogada y reforzado la prohibición de la manipulación genética. Pero se propone una regulación incompleta de las técnicas de procreación artificial, que podría incluir, la fecundación post mórtem, aunque se la haya suprimido".

Entre los temas en los que la Iglesia aún busca impulsar reformas se encuentran los artículos referidos al matrimonio y el divorcio, ya que de oficializarse el nuevo Código "se lo convierte en una institución completamente frágil e incluso menos exigente que la cohabitación sin matrimonio". "Queda debilitada por el deseo de un divorcio exprés", alegó.

"Elaborar leyes es función del Estado y no de la Iglesia. Pero ella tiene la obligación de colaborar con la sociedad en un marco de reflexión y diálogo, en la búsqueda de aquellos principios morales objetivos que son el fundamento de toda obra legislativa", concluyó.