El ministro de Relaciones Exteriores del reino de Arabia Saudí sentó la postura de su país, muy crítico con el régimen de Bashar Al Assad aunque algo más cauto a la hora de apoyar abiertamente una eventual ofensiva militar de los Estados Unidos tras las matanzas de civiles con armas químicas.
"Llamamos a la comunidad internacional con todo su poder para detener la agresión contra la gente de Siria", pidió Faisal en El Cairo, donde asiste a la reunión de urgencia convocada por la Liga Árabe.
Hablado puntualmente de la ofensiva que mociona al Congreso norteamericano el presidente Barack Obama -apoyada por sus aliados franceses y rechazada por Rusia e Irán-, el canciller saudí señaló: "Estaremos con lo que desee la gente de Siria. Ellos saben más sobre sus intereses, así lo que sea que ellos acepten, aceptaremos nosotros, y los que sea que ellos rechacen, nosotros rechazaremos".
La lectura de algunos medios sobre esta declaración es que se trata de un apoyo al ataque, aunque no directo, sino a través de los representantes sirios que la Liga Árabe ha tomado como legítimos y que se descuenta que pedirán la ofensiva occidental.
Ahmed Aljarba, cabeza del opositor Consejo Nacional Sirio, hablará en la reunión prevista para las 16:00 GMT en la capital de Egipto. Será un mitin a puertas cerradas del que se espera que surja una declaración sobre las intenciones de Estados Unidos de realizar un "ataque limitado" sobre las instalaciones del Ejército de Al Assad.
Al igual que Washington, la Liga Árabe está convencida que fue el Gobierno de Damasco el que ordenó la matanza de civiles con gas sarín el 21 de agosto en las afueras de la capital de su país. Siria fue suspendida como miembro de la Liga Árabe en 2011, cuando Al Assad rechazó seguir un plan de paz para dar por terminado el conflicto.
En marzo de 2013 los 22 miembros de la organización regional le ofrecieron la silla vacía al Consejo Nacional opositor y apoyaron la decisión de armar a los rebeldes por parte de los países de la Liga.