La OEA denuncia una crisis carcelaria en América Latina

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos confirmó la vigencia de la tortura y la corrupción en las prisiones. Venezuela, ejemplo de "la falta de control" estatal

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 AFP 163
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El uso excesivo de la detención preventiva, además de los problemas estructurales, están entre las principales causas del hacinamiento y los altos índices de violencia que caracteriza a la mayoría de los sistemas carcelarios de América Latina, según un informe de la CIDH presentado en Panamá.

El informe, que habla en términos generales de la situación de las prisiones en la región, fue expuesto por el relator sobre los derechos de las personas privadas de libertad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Rodrigo Escobar.

      

El documento recalca las "serias deficiencias estructurales que afectan gravemente los derechos humanos" de los presos, entre ellas el hacinamiento y la superpoblación, y el uso excesivo de la detención preventiva.

Como ejemplo de "los altos índices de violencia y la falta de control efectivo de las autoridades" en las cárceles, el informe cita el caso de Venezuela, donde "según información aportada por el propio Estado hubo 1.865 muertos y 4.358 heridos en las cárceles entre 2005 y 2008".

      
      

"La mera construcción de cárceles no es la solución", dijo el relator, quien durante su exposición destacó la falta de programas laborales y educativos para los presos, así como la corrupción y abusos en la gestión penitenciaria.

      
      

El informe de la CIDH señala el empleo de la tortura con fines de investigación criminal, el uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad de los centros de detención, y la ausencia de medidas efectivas para la protección de los grupos vulnerables, como otros problemas que arrastran los sistemas penitenciarios.

"Estos desafíos en el respeto y garantía de los derechos de las personas privadas de libertad identificadas por la Comisión Interamericana, son fundamentalmente los mismos que han sido sistemáticamente observados en las Américas por los mecanismos de monitoreo de las Naciones Unidas que realizan visitas a cárceles y centros de detención", dijo el relator.