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La Lotería de la Florida sigue esperando que aparezca el dueño del ticket ganador de 600 millones de dólares. Más de 48 horas después del sorteo del Powerball más grande de la historia de los Estados Unidos, lo único que se sabe del afortunado jugador es que compró su tarjeta en un supermercado Publix de Zephyhills, una pequeña ciudad de 13 mil habitantes.
La atención de la prensa se centró, durante las primeras horas, en una joven de unos 25 años a quienes sus conocidos señalaban como la propietaria de la boleta ganadora, pero ella misma se encargó de desmentirlo.
Hasta el momento, sólo se presentaron dos ganadores de premios consuelo, que se llevaron un cheque de un millón de dólares cada uno.
"Seguimos esperando, ¿será mañana el día?", se preguntó la Lotería en las redes sociales. Este martes a la mañana, mientras tanto, confirmó que el ganador seguía sin aparecer.
El dueño del ticket -que acertó los números 10, 13, 14, 22 y 52, además del Poweball 11- tiene ahora un poco menos de dos meses para llevar su boleta a la sede de la Lotería, en Tallahassee.
Si lo hace, tendrá derecho a reclamar un pago único que se estima -después del descuento de impuestos-será de 376,9 millones de dólares.
Según los cálculos de la propia Lotería, las posibilidades de ganar el Powerball son una en 175 millones, el 80 por ciento de cuyas combinaciones fueron jugadas por distintos apostadores el pasado sábado.
El Powerball, cada una de cuyas tarjetas cuesta un dólar, volverá a sortearse el miércoles, con un pozo estimado de 40 millones de dólares.