Hormonas, ¿las grandes culpables de la celulitis?

Pubertad, embarazo y menopausia son las tres etapas de la vida de una mujer en las que la tan odiada celulitis hace sus apariciones abruptas

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Si bien la vida sedentaria, la dieta inadecuada y el sobrepeso son los factores conocidos por todos como los que actúan en el desarrollo de la celulitis, el aspecto hormonal es el que más influye en las mujeres. Es así como el estrógeno y la progesterona son las hormonas que intervienen en su formación, afectando tanto a mujeres delgadas como a aquellas que tienen kilos de más. Ninguna está exenta de la piel de naranja en zonas como piernas, muslos, abdomen y brazos.

De esta manera, las fluctuaciones hormonales y los altos niveles de estrógeno desencadenan la producción de celulitis.

Además, acerca de los estrógenos, muchos métodos anticonceptivos juegan un rol fundamental, puesto que contienen esta hormona y agravan la disposición genética.

Ahora, ¿cómo interviene la acción hormonal en el avance de la celulitis? El estrógeno estimula la retención de líquidos en los tejidos y, en consecuencia, se entorpece la circulación de la sangre, mientras que la hormona progesterona es la que predispone a la acumulación de grasas. De este modo, ambas hormonas hacen sus procesos en el organismo, acumulando grasa localizada.

Respecto de esto, podemos agregar que en la formación de celulitis se pierde colágeno, y que sin él las células de grasa se almacenan en grupos y van hacia las capas más superficiales de la piel. Allí aumentan su tamaño y forman nuevos adipositos, lo que se traduce en más celulitis.

Etapas de celulitis en alza

Sabemos que cuando las hormonas trabajan más, aparece la celulitis. Y si bien nuestras hormonas están actuando permanentemente, hay etapas en la vida de la mujer en las que tienen un rol preponderante. Estas instancias son la pubertad, el embarazo y la menopausia.

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Durante la adolescencia tenemos una ebullición hormonal
. El cuerpo de niña comienza a transformarse para tomar las primeras formas de un cuerpo de mujer. Empieza a salir el vello corporal, la piel se hace más grasa y tiene acné, los pechos comienzan a crecer, las caderas se ensanchan y, por supuesto, aparece la menstruación. De todo este gran cambio son responsables las hormonas femeninas, y hacen que la grasa se acumule en diferentes zonas. Durante esta etapa, el cuerpo se va acomodando a la influencia de las hormonas, pero con sus fluctuaciones. Por eso, es normal desde que las reglas no sean regulares, hasta que haya un exceso de producción de grasa con consecuentes brotes de acné. La celulitis es la parte menos grata de todo este cambio, que puede empezar a ser levemente visible durante estos años.
      

Asimismo,

el embarazo es la siguiente etapa en la que somos más propensas a desarrollar celulitis

. El cuerpo atraviesa otro estallido hormonal para tener las condiciones necesarias para albergar al bebé durante nueve meses, y luego poder amamantarlo. De este modo, se estimulan las glándulas mamarias y crece el útero para contener al feto, entre otras mutaciones. En este período, el estrógeno y la progesterona no son las únicas hormonas que trabajan, sino que se activan otras que influyen en la sensibilidad y los cambios de humor, además de generar transformaciones a nivel físico. En este caso, si ya teníamos celulitis, las hormonas que intervienen, harán su trabajo por aumentarla.

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El último ciclo de intervención hormonal que genera celulitis es el que corresponde a la menopausia
. Este es el momento en el que las hormonas empiezan a interrumpir su normal funcionamiento. Entonces, ¿no deberíamos tener menos celulitis? Lamentablemente sucede lo contrario, porque la disminución de progesterona hace que los grupos de grasa que estaban en las capas más profundas, salgan a la superficie y, por ende, se hagan más visibles. Durante este lapso, la mujer pierde elasticidad en la piel y eso hace aún evidente la grasa acumulada. 

Los mejores tratamientos en cada caso

El profesional experto en la materia será el encargado de evaluar nuestro grado de celulitis y de recomendarnos el tratamiento más adecuado para combatirla. Entre ellos encontramos: 

Grado leve:

* Radiofrecuencia. Es un procedimiento muy utilizado para la celulitis leve. Consiste en activar las fibras de colágeno y elastina, modificando la textura. Así cambia la calidad de la piel, reafirma y modela las piernas, eliminando la acumulación de adiposidad. Se realiza con un cabezal que transfiere energía y calor a las capas más profundas de la piel, pero sin dañar la capa superficial. 

* Electroestimulación con ondas rusas. A través de esta técnica se combate la flaccidez que provoca la celulitis por medio de ventosas con electrodos que envían pequeñas descargas eléctricas para generar contracción muscular, dando firmeza y tonificación. Provoca una contracción profunda de la piel, sin molestias, y es ideal para tratar la celulitis luego del parto. 

Grado medio:

* Mesoterapia. Utiliza microinyecciones de colágeno y elastina que se aplican en la piel. De este modo, el tejido cutáneo se recupera, se nivela y se suaviza. Así el tejido conectivo se reestructura, sin provocar hematomas, y con pequeñas dosis se consiguen muy buenos resultados.

Carboxiterapia. Brinda resultados óptimos y las pacientes que la probaron advierten las diferencias porque la celulitis es cada vez menos perceptible. Consiste en inyectar el gas del dióxido de carbono en la piel, generando cambios en la textura.

Grado avanzado:

* Plasma enriquecido con factores de crecimiento. La piel queda tersa y la celulitis, incluso la más marcada, se atenúa visiblemente. Se realiza una extracción de sangre de la propia paciente, que se centrifuga para separar el plasma y luego reintroducirlo en la piel afectada por medio de microinyecciones.

Asesoró: doctora Leyla Abboud, médica clínica especialista en Estética (MN 100051)