¿Cuánto sabés de reciclaje?

En el Día Internacional del Reciclaje, Infobae te desafía a demostrar cuánto conocés del tema. Todo lo que necesitás que saber para ayudar al medioambiente desde casa

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Los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son aquellos que se originan en la actividad doméstica y comercial en ciudades y pueblos. En los países desarrollados y en los que se extendió la costumbre de "usar y tirar" la gran cantidad de desperdicios que se generan, creció de manera impensada.

En promedio, una persona desecha 8 kilos de basura por semana cuando hace 30 años una persona producía 0,40 Kg de basura por día, mientras que desde 2000 la producción diaria por persona ascendió a 1,200 kg de basura.

Con su labor, los recuperadores urbanos pueden reducir 1 kilo de lo desechado por cada ciudadano y "de lo que se tira se puede rescatar: 20% de papeles y cartones; 16% de plásticos; 6% de vidrios; y 2% de metales", informó la cooperativa de trabajo Creando Conciencia que este sábado realizará el festival libre y gratuito "Vos separás, nosotros reciclamos" para celebrar el Día Internacional del Reciclaje. El evento será en el playón de estacionamiento del Centro Comercial Vila Terra (Boulevard de Todos los Santos 100, Villa Nueva, Nuevo Delta, Tigre.

Infobae dialogó con Edgardo Jalil, director de esa cooperativa de trabajo en zona norte, y contó cuál es la tarea que realizan: "Lo que hacemos es una recolección diferenciada de residuos sólidos" –o sea, el residuo reciclable, aquel que se puede reutilizar, cuando se separan el vidrio y el plástico–.

      

"La cooperativa trata de promover esta campaña y simplificarle las cosas al vecino: se le pide que ponga en una bolsa todo lo que crea que es reciclable y en otra lo que no", explicó Jalil, quien reconoció que en Argentina no generamos aún el hábito de reciclar y, por ello, cada una de las campañas que encabeza se encuadra dentro de la simpleza del concepto para que el vecino lo tome como algo sencillo. La tarea es simple: considerando que la persona que tira sus desechos no separe lo orgánico (restos de frutas y verduras que luego se utilizan para hacer compost) de lo inorgánico, de todos modos se pueden reciclar los sólidos.

El reciclaje se inicia con la separación de los llamados desechos: en una bolsa (piden que sea verde) se colocan los vidrios, plásticos (por ejemplo: botellas de gaseosas y agua, de lavandina, de jabones líquidos, etc.), latas de aluminio, cajas de cartón, diarios, envases tetrapack limpios y secos para favorecer el futuro proceso. Una vez separados, serán recolectados por los camiones especiales de la cooperativa y trasladados a la planta donde se iniciará el tratamiento.

      
¿Qué es reciclar?

Se trata del proceso mediante el cual productos de desecho son nuevamente utilizados. Éste se inicia en la recolección.

También se lo entiende como el proceso que tiene por objeto la recuperación, de forma directa o indirecta, de los componentes que contienen los residuos urbanos.

¿Cómo y para qué se recicla cada cosa?

Una vez recolectados, esos materiales son clasificados en:

      

Tapitas de plástico: su reciclado evita el uso de petróleo, porque este plástico se utiliza para producir baldes, cajas de herramientas, broches, cajitas para DVD, espejos retrovisores y tazas para autos, entre otros. Para acopiarlas sólo hay que limpiarlas con agua; es recomendable juntar varias y luego llevarlas a algún lugar donde las estén juntando. Se reciclan únicamente tapitas de botellas plásticas de bebidas.

Botellas de vidrio (vidrio en general): este material es reciclable en un 100%, y no hay límites de veces en que se lo pueda reutilizar. Además, se necesita sólo el 25% de la energía necesaria para hacer vidrio nuevo. A su vez, reduce la contaminación del aire en un 20% y la del agua en un 50%, en comparación con la producción de una botella nueva, que encima tarda más 4.000 años en desintegrarse. Cuando puedas, reutilizá el vidrio en vez de reciclarlo. Para acopiarlo se lo limpia con agua y se lo deja en un lugar seco. Acordate que se puede reciclar cualquier envase de vidrio; cualquiera puede ser recuperado: frascos, botellas de vino, etc.

      
      

Papel y cartones: su reciclado trae enormes beneficios al medio ambiente. Cada tonelada de papel reciclado equivale a no talar aproximadamente 20 árboles, y a no usar 1.500 litros de gasoil, 4.000 kilowats de energía y 25.000 litros de agua. Esos 20 árboles absorben un total de 110 kilos de dióxido de carbono por año. Pero a tener cuidado, porque no todos son reciclables. Sí lo son: papel blanco o de color, sobres de todo tipo de papel, formularios continuos, diarios y revistas, carpetas o biblioratos, folletos, guías telefónicas, papel de fax.
No lo son: servilletas, pañuelos descartables, planchas de etiquetas, papel fotográfico, de golosinas, con carbónicos, plastificado, metalizado, envoltorio papel.

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Aluminio: este metal puede reciclarse infinitas veces y nunca pierde la calidad. Lo destacado es que necesita apenas el 5% de la energía necesaria para hacer aluminio nuevo. Reciclar una lata ahorra un total de energía equivalente a 3 horas de una televisión prendida. El aluminio tarda 500 años en biodegradarse. Al igual que los demás materiales, el aluminio debe estar limpio, sin ningún resto, aplastado para que ocupe menos espacio. ¿Cómo saber si es o no reciclable? En general, las latas deben tener el signo de reciclable; en caso de que no lo tengan, hay que tener en cuenta que si no se doblan fácilmente, no lo son.

Plásticos: cuando no es reciclado suele aparecer en ríos, lagunas y océanos, y mata alrededor de un millón de animales por año; y una sola botella plástica puede tardar hasta 1.000 años en biodegradarse. Reciclar una botella de plástico ahorra la cantidad de energía necesaria para hacer funcionar una bombilla de 60 watts por 3 horas, y además se necesita apenas la mitad de energía que se requiere para incinerarla. Al igual que los demás reciclables, para acopiarlo debe estar limpio sin ningún rastro de lo que contenía en su interior.

¿Cuál es la importancia del reciclado?

      
 
      

"Cuando empezamos, pensábamos –dijo el presidente de Creando Conciencia– en dos cosas que tienen que ir a la par: el medioambiente y generar fuente de trabajo. La separación en origen es inclusión social, pero además lograr que se entienda el daño al medioambiente". En números, lo que dijo Jalil se traduce del siguiente modo: que un vecino separe una botella plástica genera ingresos dignos para una familia y encima se colabora con el medioambiente. "En todo el 2012 logramos que vayan a una montaña de basura 650 toneladas de desperdicios y el ingreso para 40 familias".

Así como explicó la importancia de esta tarea, también destacó las consecuencias de no llevarlas a cabo: "Lo más importante con la basura es que el Ceamse está saturado y en un tiempo ya no habrá lugar donde tirarla. ¿Dónde se la va a tirar cuando eso pase? De alguna manera tiene que haber una solución, por eso apostamos a esto desde 2006. Hoy la problemática es la basura", aseguró.

      
 
      

La problemática de la basura y su generación en absoluto es un tema menor. Tracemos una línea de tiempo imaginaria y coloquemos un cesto de residuos en 1983 y otro en 2013. Hace 30 años una persona producía 400 gramos de desperdicios en un día y hoy genera más de 1,200 kilogramos. "El crecimiento no es en base a la población sino que el individuo genera más basura, pero no lo hace sólo el individuo: las empresas generan cada vez más y eso nos perjudica, porque meten cada vez más basura por marketing o vaya a saber qué".

En ese contexto, Jalil propuso que se sancione una ley de envases que los haga más fáciles de reciclar, porque hoy no todas las botellas se pueden reutilizar dado que las etiquetas llevan un proceso de termofusión que la hace tóxica.

Ante esa propuesta, destacó: "para hacer los cambios tenemos que ser dos partes. Nosotros tenemos la experiencia y la queremos compartir y explicar los logros y problemáticas. La basura que sale de casa", simplificó.

¿Qué puede llegar a pasar si no reciclamos?

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Para quienes vieron la película de los Simpsons, es casi imposible no imaginar a Buenos Aires como Springfield –tapada por la basura, el lago con las aguas negras por tanto tóxico y recluída debajo de un domo–, sin tomar el ejemplo como una comparación banal. Ya sabemos que hay cientos de hectáreas cubiertas de basura y que se sigue pensando en dónde volcar la que vendrá en lugar de pensar cómo generar menos impacto al suelo.

De ahí la única respuesta posible: reciclemos, hagamos de ello un hábito. "El 60% de la basura que se tira ¡¡es reciclable!! Hay alternativa para todos los materiales, pero también es importante que las empresas hagan algo. El sistema de enterramiento en Argentina no permite que el material se recupere. No tiene tratamiento. La basura acumulada en los basurales queda enterrada ahí por el resto de nuestras vidas", concluyó Jalil.