¿Un matrimonio viajará a Marte en 2018?

La idea es del multimillonario Dennis Tito, quien necesita a dos personas para su nuevo plan aeronáutico. El proyecto consiste en un viaje de ida y vuelta, de 501 días de duración

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 AP 163
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El multimillonario turista espacial Dennis Tito necesita dos empleados, que sean preferiblemente pareja, para su nuevo plan aeronáutico, y los prefiere entrados en años ya que los astronautas podrían estar expuestos a altos niveles de radiación que afectarían a la capacidad reproductiva de una pareja fértil.

Según indicó este miércoles en rueda de prensa Taber MacCallum, miembro de la misión y uno de los candidatos, el proyecto consiste en un viaje de ida y vuelta a Marte, de 501 días de duración, que supondría un hito en la historia espacial y que tendría lugar en 2018, aunque podría verse retrasado.

Los requisitos de Tito, quien se convirtió en el primer turista espacial en visitar la Estación Espacial Internacional en 2001, están pensados para personas que tendrán que convivir en un espacio reducido durante más de un año, aunque el multimillonario no ha querido referirse a ello de manera explícita.

Aunque parezca increíble, Tito ya tiene dos candidatos al puesto: Taber MacCallum y su esposa, Jane Poynter, quienes trabajan además en el proyecto.

Sin embargo, el multimillonario ha dejado claro que la lista para los candidatos sigue abierta.

      
      

MacCallum y Poynter son cofundadores de Paragon Space Development Corp., una empresa especializada en sistemas de soporte vital para las naves espaciales.

Su experiencia les llevó a formar parte del proyecto de Tito, que lleva por nombre "Misión América", pero la casualidad quiso que además cumplieran los requisitos necesarios para lograr el objetivo por cuestiones de edad, ella tiene 50 y él va camino de los 49.

"Cuando le decimos a la gente que estamos proponiendo enviar a un hombre y a una mujer a una misión a Marte, como una pareja casada, la gente hace fila", dijo MacCallum.

MacCallum explicó que Tito pretende que el equipo logre que ese se convierta en el primer viaje de la humanidad a Marte.

Un matrimonio sería lo ideal, explicó, debido a lo limitado del espacio y a la "problemática de la compañía", añadió.

Además de su experiencia con los sistemas de soporte vital, MacCallum y Poynter cuentan con la ventaja de haber formado parte del experimento de aislamiento Biosfera 2 en Arizona, que se prolongó de 1991 a 1993.

Pero el compartir un espacio tan reducido durante 501 días no es el único desafío, pues pese al blindaje contra las radiaciones, ir y volver a Marte es probable que implique niveles de exposición superiores a los límites de la NASA, lo que multiplicaría las probabilidades de contraer cáncer.