Con el comienzo del año 2013, el gobierno porteño pasó a hacerse cargo del servicio de subtes luego de un año de idas y vueltas y de negociaciones con el Poder Ejecutivo Nacional.
A partir de la ley que fue votada por la Legislatura días atrás, la administración de Mauricio Macri se comprometió a introducir numerosas modificaciones en la red de transporte, entre las que se cuentan obras de infraestructura, renegociación del contrato de concesión con Metrovías y un aumento de impuestos para mantener la tarifa en $2,50.
Pero la noticia que más revuelo causó en la Ciudad de Buenos Aires fue la decisión de cerrar por entre 15 y 60 días la línea A para reemplazar los centenarios vagones Brugeoise de madera por las unidades que fueran compradas por el gobierno nacional.
"El subte vino deteriorándose año a año y lo que nosotros queremos cambiar es esta forma de administrar que tenía el gobierno nacional", expresó el lunes el legislador del PRO Martín Ocampo, quien afirmó que el macrismo tiene "muchas expectativas".