Archivos secretos: Thatcher consideró devolver a Astiz bajo un seudónimo

Así se desprende de la documentación liberada por Londres 30 años después de la contienda por las islas. La premier inglesa buscaba eludir a la Justicia de Francia y Suecia, que requerían al entonces capitán de la Armada por delitos de lesa humanidad 

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De acuerdo a lo revelado por las casi 650 páginas dadas a conocer por los Archivos Nacionales del Reino Unidos días atrás, Thatcher planeaba enviar a Alfredo Astiz en un vuelo directo de Londres a Buenos Aires ocultando su verdadera identidad, luego de haber sido capturado sin presentar resistencia en las islas de Georgias del Sur.

Astiz, capitán de la Armada durante la ofensiva para recuperar Malvinas ordenada por Leopoldo Galtieri, era requerido por la desaparición de dos monjas francesas y de una tercer mujer, la joven argentina Dagmar Hagelin, y con esa clandestina repatriación, Thatcher buscaba terminar con los pedidos de la Justicia de Francia y Suecia.

La "Dama de hierro" deseaba deshacerse cuanto antes de Astiz ya que además temía que mantenerlo como prisionero podía avivar los espíritus de los combatientes argentinos, aunque finalmente cuatro días después de que se reservara un pasaje aéreo para su viaje bajo seudónimo, a la postre cancelado, nuestro país anunciaría su rendición.

El temible "ángel rubio", actualmente cumpliendo en nuestro país la pena de cadena perpetuada por los crímenes cometidos durante la dictadura, fue el único prisionerio de guerra argentino que fue llevado hacia Gran Bretaña, donde, según la documentación, exhibió un comportamiento "díficil," llegando a atacar a un guardia con "una primitiva daga" hecha con una pata de su cama.

Finalmente, y pese a las presiones diplomáticas internacionales, Thatcher negó la extradición de Astiz a Francia o Suecia invocando la Convención de Ginebra, que establece las normas relativas al trato a los detenidos durante la guerra, y el militar fue devuelto a la Argentina.

Durante este breve período de cautiverio, Astiz no respondió ninguna de las diez preguntas que Francia había enviado para que se le realizarán sobre la desaparición de las monjas, amparado en dicho protocolo, que sostiene que el prisionero no está obligado a declarar nada más que sus datos personales a sus captores.

Ademas de las nuevas revelaciones sobre Astiz, los archivos desclasificados revelaron que Thatcher evaluó atacar la Argentina continental, más especificamente algunas bases militares al sur del país.

La primera ministra inglesa pidió a su Cancillería, a través de su secretario privado, que averiguara cómo podía ser la reacción de sus diferentes aliados en caso de llevar adelante el bombardeo. Thatcher terminaría desechando la posibilidad debido al costo económico que supondría la operación y, tras ser advertida del alto número de víctimas que el ataque provocaría.