Un 2012 sangriento y trágico para el deporte

Las muertes de Miguel Calero y “Macho” Camacho aumentaron el número de víctimas fatales este año. Enfermedades, asesinatos, suicidios y accidentes, un cóctel letal

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 Reuters 163
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 AP 163
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El 1º de enero, en las primeras horas del nuevo año, el Rally Dakar se cobró la primera víctima fatal de 2012. El piloto de motos argentino Jorge Martínez Boero murió tras sufrir un grave accidente en la primera etapa del circuito.

Las fatalidades entre los deportistas continuaron en el resto del año y el boxeo fue uno de los deportes más golpeados. El asesinato del puertorriqueño Héctor "Macho" Camacho, campeón mundial en la década de 1980, fue el de mayor conmoción.

   
      
    
      

En noviembre pasado, Camacho no sobrevivió a dos disparos y perdió la vida a los 50 años. Del mismo modo, el púgil sudafricano Corrie Sanders, otro campeón del mundo, falleció a los 46 años tras un impacto de bala en el estómago y otro en el brazo.

   
      
    
      

Sanders, que alcanzó gran popularidad en 2003 al derrotar por K.O. en el segundo asalto al campeón mundial de los pesados Vladimir Klitschko, festejaba el cumpleaños de un sobrino al momento del crimen.

La muerte del boxeador cubano Teófilo Stevenson, víctima de un ataque al corazón en junio pasado, fue una de las más sentidas en la región. El triple campeón olímpico y mundial, leyenda del deporte cubano, tenía 60 años cuando falleció.

      

Sin embargo, ninguna trajo más congoja que la desaparición física de Miguel Ángel Calero, el portero colombiano que sufrió un infarto cerebral mientras entrenaba a los arqueros del Pachuca de México y tras una semana de agonía encontró la muerte.

      

El fútbol se cobró otras tres vidas jóvenes en 2012. Todas de gran impacto. Las armas de fuego no sólo se llevaron la vida de dos campeones mundiales del boxeo, el jugador colombiano Jarvi Mejía, que actuaba en el fútbol de Venezuela, fue el último de la lista, tras recibir dos balazos en un asalto murió este lunes.

A principios de diciembre, igual de impactante fue el abandono seguido de muerte que sufrió el jugador paraguayo Diego Mendieta en Indonesia, después de permanecer 45 días internado sin atención afectado por Tifus.

   
      
   
      
  

Jarvi Mejía                                                    Diego Mendieta

El caso más conmovedor a las vistas del mundo fue el del italiano Piermario Morosini, del Livorno, quien se desplomó en la cancha durante un partido de la segunda división de la Liga Italiana y reabrió el debate sobre la seguridad en el deporte.

      

La FIFA, máxima entidad del fútbol mundial, informó que en los últimos cinco años murieron 84 futbolistas por motivos de índole cardíaca. Y por milagro, Fabrice Muamba no fue el 85 de esa lista mortal tras desplomarse en un campo de la Premier League.

      

Otro caso de muerte súbita se hizo presente en el vóley, donde el italiano Vigor Bovolenta, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, no pudo ser reanimado tras desvanecerse en un juego de la segunda división de su país.

      

El jugador de fútbol americano Jovan Belcher, que se disparó delante de sus entrenadores después de matar a su novia, y el juez de línea holandés Richard Nieuwenhuizen, que perdió la vida después de recibir varias patadas en la cabeza tras un partido de fútbol amateur, también partieron antes de lo previsto. Un año para el olvido.