Tener amante era prestigioso para políticos en México

La mayoría ha tenido amantes fijas, que se conocen como "casa chica", porque les daba brillo, prestigio y "era atributo del poder", recordó la escritora mexicana Mónica Lavín

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"Todos los presidente han tenido sus amantes, estaba bien visto, los vestía y era parte de su la gallardía, del prestigio presidencial", afirmó la escritora con motivo de su más reciente libro, La casa chica (Planeta, 2012).

En su libro, Lavín recrea diversas historias que denomina como "ficción documental" sobre diversos personajes reales de la historia de México y sus relaciones con sus amantes, aunque es un trabajo literario sobre la conducta humana y "un recorrido por un México que ya no es".

Por sus páginas pasan diversos momentos y las aventuras de personajes como la espía alemana Hilda Krüger, quien fue amante de Miguel Alemán cuando éste se desempeñaba como ministro de Gobernación y quien más tarde fue presidente entre 1946 y 1952.

"No es una novela, son relatos, una ficción documental basada en anécdotas que están más cerca del cuento, son escenas de un mosaico de un momento en México", explicó la escritora galardonada con el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska (2010) por su libro Yo, la peor, entre muchos otros.

Explicó que uno de su retos literarios era mostrar momentos de la vida de diversos personajes, apresar su fragilidades, a partir de la información publicada, con anécdotas reales, "y con eso tejer una historia posible, una historia real", aunque desconozca las escenas.

En el libro aparecen diversos personajes, como el empresario Jorge Pasquel, las actrices Mirsolava Stern y Lupe Velez, el director de cine Emilio "El Indio" Fernández, los pintores Frida Kahlo y Manuel Rodríguez Lozano, y los políticos José Vasconcelos y Maximino Ávila Camacho.

Lavín afirmó que aunque durante siglos la "casa chica" fue una institución paralela al matrimonio, que reflejaba la vida oculta y las pasiones clandestinas y que formaba parte de los privilegios del poder político y económico, actualmente ha perdido brillo, debido a que "es poco viable y una carga tremenda".

Numerosos presidentes han tenido relaciones paralelas, entre éstas del ex mandatario Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), quien sostuvo una relación ampliamente conocida con la artista Irma Serrano, conocida como "La Tigresa" y quien contó los pormenores por escrito con minuciosas descripciones de los detalles del poder.

También fueron públicas las relaciones del ex gobernante José López Portillo (1976-1982) con la artista Alexandra Acimovic, conocida por su sobrenombre de "Shasha Montenegro", con quien se casó en 1995 tras divorciarse de su primera esposa.

"Todos los presidentes han tenido amantes, eso estaba bien visto, aunque no estaba bien visto que las mujeres lo hicieran", y añadió que el hombre que tenía dos casas era un hombre que tenía prestigio y poder y que permitía a estas mujeres negociar también con parte de este poder.

Lavin explicó que tener una casa chica no ha sido privilegio de los políticos, sino de muchos de los artistas, toreros y otros personajes famosos, a los cuales al final de su vida les aparecen una gran cantidad de "viudas con numerosos hijos, con gran parecido con el padre e incluso con los mismos nombres".

"La casa chica la tomo en el sentido más amplio del término, son las casas chicas del corazón, a veces reales, a veces virtuales", indicó Lavín.

Agregó también que la casa chica es una forma de reflejar en nuestras sociedades la tendencia hacia la poligamia, como existe entre los países musulmanes o entre algunas sectas de mormones.

Añadió que esas relaciones paralelas siempre han existido como una reacción al matrimonio, que ahora se manifiestan con el incremento de la tasa de divorcio entre los jóvenes.