Cierran Crackland, el mercado de droga de Río

La policía de Río de Janeiro rescató a 231 adictos tras desbaratar una zona de venta de crack al aire libre, días después de irrumpir en una de las favelas más peligrosas

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Días después de la irrupción policial en una de las favelas más peligrosas, trabajadores sociales y especialistas de la salud están trabajando para ayudar a los cientos de adictos que repentinamente se han quedado sin drogas.

Desde el domingo, cuando más de 2 mil oficiales fuertemente armados ingresaron en los asentamientos de Manguinhos y Jacarezinho, grupos de trabajadores sociales que acompañaron a la policía han logrado rescatar ya a más de 231 adictos al crack, a los que se suman otros 67 que han abandonado el lugar en busca de la droga.

 
      

La zona era conocida como el mayor mercado de drogas a cielo abierto de Río y llamada "Crackland". Allí, cientos de adictos compraban la droga, la consumían y vivían en chozas mientras buscaban en la basura cosas que pudieran vender, como material reciclable, para poder comprar nuevamente.

"Estas personas deben ser tratadas y curadas", aseguró el jefe de la Seguridad del estado de Río, Mariano Beltrame, durante una visita a la zona en cuestión, este jueves. "De ninguna manera podrán regresar a Jacarezinho o a Manguinhos; el área ahora se encuentra ocupada".

El operativo policial es parte de un programa para pacificar Río y volverlo seguro con miras al Mundial de 2014 y de las Olimpíadas de 2016.

Los días posteriores a la ocupación policial, mientras los oficiales continuaban en la búsqueda de armas, drogas y sospechosos, otros operativos paralelos ya estaban en marcha. La compañía de recolección de basura dirigió su propia megaoperación y removió 220 toneladas de basura. Trabajadores de servicios, por su parte, renovaron la iluminación de más de 300 cuadras de la ciudad.

      

Un equipo especializado de psicólogos, trabajadores sociales y especialistas de la salud colaboró para sacar a los adictos de las calles y llevarlos a un refugio. De todos los que fueron llevados al albergue, 215 son adultos que no están obligados a permanecer allí y, por lo tanto, ya habían abandonado el lugar para el martes por la noche, según informó el Departamento de Salud de la ciudad.

"Ayudar a la gente resulta mucho más sencillo ahora que la policía permanece en los barrios brindando protección", aseguró Daphne Braga, que coordina los esfuerzos desde la oficia de Bienestar Público.

"Trabajar con drogodependientes es un trabajo de hormigas, se avanza muy de a poco. Podemos hablar con alguien una, dos o tres veces, y seguir intentándolo, hasta descubrir que el adicto no está listo para empezar a pelear contra problema", agregó la especialista.

 
      

"La migración de los adictos al crack fue incluida en nuestra planificación. Y continuaremos ofreciendo contención y tratamientos contra la dependencia a los químicos a todos los que lo soliciten", informó por su parte la jefa de Bienestar Social, Fátima Nascimento.

Existe actualmente conciencia del problema incluso a nivel federal: la presidente Dilma Rousseff lanzó en 2010 una campaña de US$ 253 millones con el objetivo de detener el tráfico de drogas, junto con otros US$ 2 mil millones que serían destinados a centros de tratamiento.

Tanto la ciudad como el estado de Río también están trabajando en este sentido. El miércoles, el Departamento de Seguridad anunció un programa de calificación para preparación de agentes policiales que traten con adictos al crack.