El edificio invadido más grande del mundo

La Torre David, en Caracas, estaba pensada como centro financiero. En plena construcción, fue ocupada por por 3.500 personas. Hacinamiento, negociados e inseguridad

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Torre de David fue diseñada por el distinguido arquitecto venezolano Enrique Gómez. Estaba casi lista cuando su construcción fue abandonada por la muerte de su desarrollador, David Brillembourg, en 1993. A esta situación se le sumó la crisis económica de 1994. Hoy, es la casa de más de 700 familias que coparon la inmensa mole pensada para ser un centro de oficinas.

      
      

Ubicado en el oeste de la ciudad de Caracas, el edificio pertenecía al Banco Metropolitano hasta que pasó a manos del Estado. El 17 de octubre de 2007 fue invadida por un grupo de dos mil familias, pero a la fecha, de los 45 pisos sólo 28 están habitados por más de 700 familias.

Enclavado en una zona acomodada de la ciudad, los vecinos se quejan de los "ocupas". Aseguran que es un foco de inseguridad y que unos pocos manejan los negocios al interior: alquiler de espacios, incluso venta de "propiedades". Además, aseguran que manejan comercios informales en su interior.

Según detalla el diario venezolana El Universal, a lo largo de estos años, los mismos habitantes han construidos sus viviendas, pero carecen de las mínimas normas de seguridad y además está rodeada de precipicios que hacen más riesgosa la circulación.

 
      

Ahora, faltan pocos días para que el documental de la firma Uban-Think Tank (U-TT) sobre Torre David esté listo. Su estreno reedito una polémica de meses atrás cuando "el edificio invadido más grande del mundo" fue ganador de un León de Oro en la Bienal de Arquitectura de Venecia. Los organizadores lo concedieron el galardón  para reconocer "a los habitantes de Caracas y a sus familias, que han creado una nueva comunidad y una casa a partir de un edificio abandonado e incompleto".

Lo que para los documentalistas es un avance comunitario, es para otros una ocupación de un edificio público que fomenta la invasión de la propiedad privada y favorece los focos de delincuencia.