Sin Hugo Chávez en el tarjetón, el PSUV pierde votos para diciembre

La imagen carismática de Hugo Chávez no se traslada automáticamente a los políticos del PSUV. Las elecciones presidenciales del último 7 de octubre probaron que el mandatario bolivariano no necesita mucho más que su presencia para terminar de convencer a los indecisos. Su imagen está en todas los muros de Venezuela.

      

Sin embargo, su rostro ya no aparecerá en el tarjetón que usarán los venezolanos para elegir gobernador y parlamentos locales…

- y para las figuras del PSUV que pretenden acceder al puesto. Ninguno es Chávez. Y en Venezuela, eso es un problema.

Meses antes de las presidenciales, el opositor Henrique Capriles advirtió que necesitaba fortalecer su imagen para ganar adeptos. Sabía que luchaba con un peso pesado de la política venezolana, cuya imagen se repite día y noche en los medios públicos de televisión y en la cartelería callejera. Así, emprendió una estrategia de casa por casa, pueblo por pueblo. El antichavista no dejó un solo rincón sin visitar y aún así, no le alcanzó.

Los candidatos oficialistas a las gobernaciones no están acostumbrados a tamaño esfuerzo. En estos comicios, puede que la oposición recoja los frutos de tan trabajada campaña.

El diario venezolano La Verdad, difunde que el chavismo perdería un 15% de votantes. Jesús Castillo, politólogo y consultor, entrevistado por el periódico explicó que la merma se da porque "hay fichas rojas que son fuertes sin Chávez, pero otras no gozan de fortaleza en las zonas donde se les designó y les toca vender la idea de que son aliados de confianza del presidente y garantizan beneficios".

Destacó que la figura del bolivariano está posicionada en Barinas, Vargas, Trujillo, Falcón, Sucre y Portuguesa. En el resto del país, la situación es otra, Zulia es un ejemplo.

Con el voto cruzado, se pierden simpatizantes de una elección a la otra. El comportamiento es diferente. El éxito de Chávez no arropa a los demás. Nombrar candidatos que no son de las regiones fue una decisión no para salvar la elección sino para salvar al partido de las divisiones y eso tiene consecuencias", afirmó.

      

La batalla más dura y más mediática, sin dudas, se concretará en Miranda. Allí, Capriles competirá con uno de los hombres fuertes del chavismo, el actual vicepresidente Elías Jaua. El estado, uno de los más importantes del país, es un tradicional bastión antichavista, a pesar de que Capriles perdió allí por poco en las presidenciales.

El desafío del oficialismo prolongar la algarabía de la noche del 7 de octubre. La oposición, lucha con la emigración de sus votantes y con el desánimo tras 14 años de chavismo.