Para los millonarios chinos, el vino es inversión

Al igual que el oro y el arte, la bebida se compra como un valor refugio y por una botella se llegó a pagar US$ 232.000. El tinto del sur de Francia es uno de los más buscados 

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Hace dos años, la casa de subastas Sotheby's se lanzó al negocio del vino. Y le llevó muy poco tiempo establecer un récord, pues en 2011 logró el precio más alto que se pagó por una botella de vino: US$ 232.000. El Château Lafite Rothschild de 1869 se vendió en Hong Kong, una clara prueba del fervor asiático por esta bebida.

El millonario chino Dong Guo, un magnate de los medios, compró el 70% de la colección de vinos finos del actor francés Alain Delon. Y salió decepcionado de la subasta, porque su idea era adquirir la colección completa.

Estos dos últimos casos no son una coincidencia. Más allá de que la compra de vinos premium crece como una expresión de estatus, también se considera un valor refugio, como el oro y el arte, según un artículo publicado por China Files.

Esta bebida es "un valor relativamente seguro en tiempos de crisis". La inflación y las fluctuaciones de la bolsa son algunos factores por los que los chinos buscan activos alternos.

      

La adquisición de vinos extranjeros se facilitó en Hong Kong desde 2008, cuando eliminó los aranceles de importación. Hoy es el centro del mercado en el continente asiático y sus precios de subasta superan a los de Estados Unidos y Europa. Contrariamente, Pekín impone aranceles de hasta el 48% en el vino.

El Burdeos se encuentra en la cima de preferencias chinas y, si se lo mide por volumen, el país es el mayor comprador del vino tinto del sur de Francia. La cosecha 2008 de Château Lafite tenía grabado en la botella un carácter chino con el número ocho, relacionado con la buena suerte. "Los precios de los pedidos subieron un 20% en una sola noche", adhiere el artículo.

Y como toda inversión, ya existe financiamiento. En Hong Kong, el Banco Wing Lung lanzó el primer programa específico de financiación para vinos de inversión en el mundo. Más allá de los vinos franceses, los millonarios chinos están aprendiendo más sobre esta bebida y también apuestan por vinos premium de España, Chile y Argentina.