Razones para desconfiar de Miss Mundo

Una publicación francesa vuelve sobre el tema de la "fábrica" de candidatas a las coronas de belleza en los concursos internacionales, a 2 días de la consagración de una reina china

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¿Puede confiarse en un concurso que suelen ganar siempre los mismos países y que admite candidatas con cirugía estética?, se pregunta la revista L'Express. En un artículo titulado "Cuatro razones para desconfiar de las Miss Mundo", Mathilde Laurelli y Anne-Laure Pham se indignan ante el hecho de que el reglamento autorice "pasar por el bisturí".

Las autoras de la nota a la vez señalan que el destino preferido para estas intervenciones es América Latina por sus costos competitivos en materia de cirugía estética.

Citan a una reina de Venezuela que participó del concurso Miss Universo –tan permisivo en materia de operaciones como su competencia Miss Mundo- y que dijo a la cadena France24: "Siete candidatas extranjeras se prepararon en Venezuela, donde se sometieron a operaciones de cirugía estética, por ejemplo las Miss Ecuador y Costa Rica. La mayoría de las candidatas latinoamericanas apelan a la cirugía. En su momento, yo misma acepté una liposucción en la rodilla". Se trata de Jennifer J. Schell, representante de la provincia de Lara en la elección de Miss Venezuela 2005.

"No puedo negarlo, algunas Miss Venezuela recurren a la cirugía estética. Los consejeros de las candidatas les proponen operaciones que ellas pueden aceptar o rechazar. Estas operaciones no están prohibidas en los concursos de belleza. Son muy baratas aquí, tres veces menos caras que en los Estados Unidos".

¿Miss Universo o Miss Cirugía?

Dayana Mendoza, Miss Universo 2008, escandalizó al admitir haberse hecho operaciones estéticas. La nariz y los senos de esta reina venezolana fueron retocados. Llovieron las críticas, aunque el reglamento no lo impide. La polémica también alcanzó a la puertorriqueña Zuleyka Rivera, Miss Universo 2006, que negó haberse operado pero luego fue desautorizada por los médicos que le retocaron la nariz. En 2001, la candidata brasileña Juliana Dornelles Borges admitió 19 intervenciones para ganar la corona de su país. Un caso extremo que incluyó liposucción de vientre, cintura, espalda y correcciones en orejas y nariz.

Segundo motivo entonces –que las autoras admiten chauvinista- para desmerecer el concurso: las francesas no tienen ninguna chance de ganar, por su menor propensión a la cirugía estética y porque cada vez más se busca un tipo estándar de belleza. Francia sólo tuvo reinas de belleza en un pasado muy remoto y, curiosamente, en un mismo año, 1953, cuando Denise Perrier y Christiane Martel se consagraron Miss Mundo y Miss Universo respectivamente.

El secreto de Venezuela

Además del aspecto plástico del asunto, el país que más títulos acumula es Venezuela, con seis Miss Mundo y seis Miss Universo. Esto se debería, entre otras cosas y siempre según L'Express, a que sus mujeres responden frecuentemente a los criterios de belleza universal: nariz pequeña y perfecta, trazos finos, cabellera oscura y abundante, ojos claros.

Pero eso no es todo. Un analista venezolano, Luis Francisco Indriago, aseguró que la clave del éxito es que "el concurso Miss Venezuela es una de las pocas instituciones que se manejan de manera estricta y organizada (en) un país en el que la incertidumbre es una constante".

"No sabemos cuánto cuesta un dólar en el mercado paralelo de divisas –dijo Indriago; menos si el Gobierno va a expropiar hoy una empresa privada, o si la Asamblea Nacional va a dictar una nueva ley 'socialista del siglo XXI'.  De lo que sí estamos seguros es que Osmel Sousa está al frente de la Organización Miss Venezuela como lo ha sido por más de un cuarto de siglo. En un país donde todo cambia día a día, él tiene siempre un objetivo claramente definido y, por tanto, trabaja para cumplirlo: hacer reinas de belleza".

En Venezuela, el certamen es el programa más visto del año. Dos tercios de la población siguen los avatares del concurso en las cuatro horas que dura la ceremonia. Según la Sociedad Venezolana de Cirugía Estética, en ese país se realizan entre 25.000 y 30.000 implantes mamarios por año.

De la carroza a la calabaza


En tercer lugar, las autoras de la nota de L'Express advierten contra el espejismo de fama y consagración que rodea el premio. Aseguran que, salvo viajar y ver mundo, no es mucho lo que se disfruta. Esos desplazamientos, además, son giras promocionales del certamen, con una apretada agenda que no permite mucho relax.

Cuarto y último: la vuelta a la vida activa es dura. Las posibilidades de una carrera exitosa en el modelaje o en el cine se han dado muy pocas veces y la mayoría de estas reinas se encuentra al final de su mandato volviendo a casa en calabaza. Así por ejemplo, sólo dos misses indias, Aishwarya Rai (1994) y Priyanka Chopra (2000), se abrieron camino en Bollywood, mientras que la china Zhang Zilin, Miss Mundo 2007, obtuvo un papel en Underdog Knight 2, un film intrascendente del año 2011; la rusa Ksenia Sukhinova, su sucesora, hace carrera como modelo. Pero la mayoría de estas reinas vuelve a su actividad previa, como la india Reita Faria, Miss Mundo 1966, que retornó a sus estudios de medicina o la Islandesa Hóllmfríður Karlsdóttir, Miss Mundo 1985, que regresó a su trabajo en un jardín de infantes.

Otras buscaron la proyección en algún enlace prometedor, como la chilena Cecilia Bolocco (Miss Universo 1987), que se casó con Carlos Menem cuando éste hacía campaña por un tercer mandato como presidente de la Argentina. No pudo ser. Y la rubia volvió a la televisión.

La mayoría de estas reinas cae en el olvido. "¿Acaso alguien se acuerda de Kicki Håkansson, la primera Miss Mundo, coronada en 1951?", pregunta la revista.