"Pasará a la historia como un tirano brutal que asesina a su propio pueblo", dijo el funcionario en declaraciones que demuestran un endurecimiento del discurso de los Estados Unidos frente a la crisis en Siria.
Carney pidió a los altos cargos políticos y militares en Damasco que "rompan con Bashar Al Assad" y se pongan "del lado del pueblo".
Además, afirmó que el gobierno de los Estados Unidos duda que el dictador sirio esté dispuesto a un fin pacífico del conflicto en el país. "Él fue perdiendo de a poco su credibilidad", aseguró. Agregó que están escépticos con respecto al hecho de que el gobernante pueda cumplir con sus compromisos en el marco del plan de paz del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan.