El mercado de lujo mueve tanto dinero como la economía chilena

Un informe Bain & Company estima que las ventas globales serán de US$ 250.000 millones en 2012, un número que desafía la crisis. Asia lidera con el 50% del consumo

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Más crecimiento económico, mayores precios y un tipo de cambio más bajo impulsaron el Producto Interior Bruto (PIB) de Chile en 2011. Creció un 6% y con US$ 250.000 millones, se ubica en el sexto puesto en América Latina. Pero más allá de la comparación regional, esta economía será en 2012 tan grande como el mercado de lujo mundial. 

Según un estudio de la consultora Bain & Company, las ventas llegarán a los 200.000 millones de euros, lo que equivale a la economía del país sudamericano. Así, la industria desafía las preocupaciones de la crisis económica que azota a Europa y el enfriamiento de los mercados emergentes.

"Las marcas, más que nunca, deben desarrollar estrategias de alcance mucho más amplio", aseguró Claudia D'Arpizio, socia de Bain & Company y autora principal del estudio. Y agregó: "Las lecciones que han aprendido en los primeros mercados emergentes van a ayudar, pero ahora deben gestionar una mayor diversidad en las preferencias del consumidor y más variantes en su modelo acerca de cómo llevar productos al mercado".

El mercado se expandirá entre un 7 y 9% en 2012 de la mano de tres tendencias claves: el crecimiento de las ventas online, la rápida expansión de China y el cambio de las ventas al por mayor por las ventas minoristas. El consumo crecerá del 2 al 4% en Europa y del 5 al 7% en América, mientras que en China pasará del 18 al 20 por ciento.

Más allá de la segunda economía del mundo, el mercado se consolida tanto en Brasil como en México en términos latinoamericanos. Las ventas de marcas de lujo también refuerzan su presencia en Azerbaiyán, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Sudáfrica, Turquía y Vietnam. El 30% de las ventas mundiales de lujo se produce en los mercados emergentes.

Los factores que definirán el mercado en los próximos cinco años dependen del territorio. Los jóvenes asiáticos tienen cada vez más sed de lujo, mientras que la edad promedio de los consumidores aumenta en Japón, Europa y los Estados Unidos.

Las diferencias también cambian según el sexo. Las mujeres se aferran a compras masculinas -como los trajes de negocios y los relojes de lujo- para demostrar un poder de compra independiente. Los hombres toman el camino inverso, pues buscan atributos femeninos en la moda y belleza. "Con más mercados para gestionar y la aceleración de las tendencias, las marcas que luchan por responder de forma rápida pueden encontrar en el vertiginoso crecimiento de los mercados un arma de doble filo", concluyó D'Arpizio.