Brad Pitt defiende la violencia en el cine

El actor estadounidense enfatizó la necesidad de que el séptimo arte muestre el mundo tal cual es en la presentación de Killing them softly, su próximo film. Infobae América consultó al director argentino Jorge Polaco

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"No sé si se puede rodar la violencia de una forma romántica, pero hay que hacerlo", aseguró Brad Pitt, que protagonizará la película dirigida por el neozelandés Andre Dominik, nominada en el Festival de Cannes.

El film está situado en una ciudad estadounidense, en un contexto dominado por el hampa y la violencia. Allí se cuenta la historia de un robo en medio de un juego de póker auspiciado por la mafia. Esto desata una venganza, para la cual es contratado el personaje que interpreta el actor de 48 años, un matón a sueldo. La trama se mezcla con la fase final de la campaña para las elecciones que ganó Barack Obama en 2008. También actúan Ray Liotta, Scout McNairy y Ben Mendelson.

La historia está tomada de un libro de la década de 1960, pero se adaptó a la actualidad para que aparezca la crisis económica como un factor condicionante de todas las relaciones, incluso, el pago de los sicarios. "Sentí que era una historia sobre el capitalismo", afirmó Dominik. Y destacó que la pertinencia de hacerla en esta época se debe a que hoy todo el mundo está motivado por el dinero.

"La violencia es el gran tema del siglo. Es lo que rige el mundo. Y la responsabilidad de la violencia es de todos nosotros", asegura a Infobae América el director Jorge Polaco. Y remarca lo que pueden aportar las películas en este contexto: "El cine muestra la violencia de muchas maneras. Es el lugar donde convergen todas las artes y las no artes también".

El autor de Arroz con leche y Viaje por el cuerpo, entre otros films, aporta una mirada trágica de la realidad contemporánea. "Ese mundo tan violento está en todas partes. Un cine (que lo muestre) tiene asidero, no tenemos por qué esconderlo. Es el cine de todos los días ya. Eso es lo más triste, la no posibilidad de cambio. Digo esto y se me pone la piel de gallina. Es una enfermedad muy grave", afirma.

Dominik aseguró también que no le encontraba el sentido a las críticas contra la violencia que contienen algunos libros infantiles, como los clásicos de los hermanos Grimm, cuando lo que hacen es preparar a los niños para un mundo que es mucho más violento que cualquier ficción.

"Buscábamos historias sobre nuestro tiempo y sobre quienes somos", sostuvo Pitt, y agregó que en estos momentos la crisis económica es lo que ocupa las portadas de los periódicos y que por eso era el deber del cine mostrar esa realidad.

Polaco dio como un buen ejemplo de lo que puede hacer el cine para mostrar las peores cosas del mundo, a Crash, la película dirigida por Paul Haggis en 2004. "Están perfectamente retratadas las violencias y las no violencias. Es lamentable, pero es lo que sucede hoy en día, a tal punto que todo lo que vemos es causa de la violencia, que está en todos los ámbitos".

"Pero es importante ver qué cine tomamos nosotros para mostrar realmente la violencia", sostiene el realizador argentino. Y, acto seguido, condena a la industria cinematográfica que fabrica cintas con la sola intención de vender, y reproduce la violencia sin aportar ninguna reflexión. "Es más fácil ser criminal que ser artesano", concluye.

A esta "eterna batalla entre arte y comercio" también se refirió el actor, aunque con una mirada menos severa. Consideró que se necesitan el uno al otro para avanzar y que mantienen una estrecha relación de simbiosis que nunca desaparecerá porque "las cosas tienen que ser rentables, si no, es imposible crear".

A raíz de la dura crisis económica que está atravesando Estados Unidos, Pitt afirma que "este año tendremos cosas más negativas que en el pasado" y que el panorama es "cada vez más oscuro".

Aún más crítico y pesimista es el personaje que encarna, Jackie Cogan, que en la escena final afirma: "Estados Unidos no es un país, es un negocio".

A pesar de todo, Polaco no cree que todo sea negativo. "Esto no significa la muerte de la cultura. Todo lo contrario, es una potencia total", asegura.

Así, más allá de lo difícil de tolerar que son muchas de las cosas que pasan todos los días, especialmente esa violencia que, como afirma el director argentino, "está en todas partes", siempre está la posibilidad de crear algo a partir de todo eso que parece puramente destructivo. Claro que, de ahí a un cambio profundo en el mundo, hay todavía un abismo.