Irán prepara un ciberataque contra Occidente

Expertos estadounidenses advirtieron que Teherán intenta, desde hace tiempo, dotarse de las capacidades necesarias para poder emprender una ofensiva vía Internet contra los Estados Unidos y sus aliados

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La idea de un ataque iraní fue informada por distintos especialistas en materia de seguridad informática que comparecieron en el Capitolio para analizar la situación junto a los congresistas y alertarlos para que tomen las medidas necesarias.

"Durante los últimos tres años, el régimen iraní invirtió fuertemente en sus capacidades de ofensiva y defensa, así como en el ciberespacio", declaró Ilan Berman, vicepresidente del centro de reflexión American Foreign Policy Council, ante el subcomité de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes. "Asimismo, los dirigentes (iraníes) parecen considerar cada vez más la guerra cibernética como un posible medio de acción", añadió.

Según Patrick Meehan, titular de esa subcomisión, Teherán invirtió un millón de dólares para incrementar sus capacidades en materia de ataques cibernéticos. "En la medida en que el plan nuclear continúe aumentando las tensiones con Occidente, me llama la atención la posibilidad de una nueva forma de ataque: la vía cibernética", acotó el republicano.

"Irán no oculta las pruebas de capacidad cibernética que está haciendo en la región y pronto las extenderá", advirtió Meehan, quien aseguró que el régimen de Mahmoud Ahmadinejad es el actor más peligroso en esa zona del planeta para los EEUU.

De acuerdo con estos expertos, un intento de ataque por parte de Teherán sería una represalia por el virus informático Stuxnet, que atentó contra las computadoras del programa nuclear iraní y que el régimen atribuyó a los Estado Unidos e Israel. El pasado domingo, el sistema petrolero de ese país se vio afectado por una amenaza similar, cuyas consecuencias aún no se conocen en su totalidad.

La comunidad internacional sospecha que Irán está trabajando en la elaboración de la bomba atómica, pero sus autoridades lo niegan y aseguran que el programa persigue fines civiles.