Partido Republicano piensa en el peor escenario y ya busca un "plan B"

En el caso de que Mitt Romney no logre despegarse de sus competidores en las primarias, varios líderes conservadores analizan la posibilidad de elegir a un candidato negociado para enfrentar a Barack Obama

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 Reuters 163
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La vista está puesta en Michigan. Los comicios internos que se celebrarán allí el 28 de febrero darán un panorama certero del camino por el que transita el partido opositor de cara a las presidenciales de noviembre. Y todos apuestan a que sea en ese estado en donde el ex gobernador de Massachusetts se consolide como el claro aspirante a conseguir la nominación republicana.

En esa fecha clave, Romney tiene la presión. No debería tener inconvenientes para imponerse en su estado natal y del que su padre fue gobernador. Un triunfo le daría mucho más que los delegados para la convención nacional de agosto: encontraría allí la confianza que necesitará para el "supermartes" de marzo y podría hacer despistar a algunos de los otros tres contendientes en carrera. Sin embargo, los sondeos indican que el favorito por ahora es Rick Santorum. De cumplirse lo que indican las encuestas, los republicanos vaticinan un escenario truculento.

Los conservadores buscan a un nuevo Ronald Reagan. Quieren un candidato que contente tanto a las bases como a los líderes del partido; alguien que sea capaz de presentar una batalla genuina al presidente Barack Obama, quien por ahora se mantiene como favorito ante cualquiera de los aspirantes republicanos. De allí la preocupación que generan los vaivenes de Romney y el peligroso ascenso de Santorum. No es que rechacen a este último, sino que necesitan que uno de ellos marque, lo antes posible, una diferencia considerable para encolumnar al partido detrás.

¿Qué ocurriría si eso no sucede en Michigan? Según algunos, llevará a emprender la búsqueda de un "salvador".

En caso de llegar a la convención de Florida sin un candidato firme, podrían apelar a una figura más fuerte, aunque no haya participado en las primarias. La primera en hablar de esa opción fue Sarah Palin, la semana pasada, y aunque al principio pareció algo disparatado, rápidamente otros importantes líderes republicanos aceptaron esa posibilidad.

Según la revista Slate, en una convención negociada (brokered convention) los nombres que suenan con más fuerza son los del ex gobernador de Florida Jeb Bush y el de los actuales gobernadores de Indiana, Mitch Daniels, y Nueva Jersey, Chris Christie. Los tres son respetados dentro del partido, pero decidieron no participar en las primarias. En el caso de Daniels, incluso se dice que habría conseguido la nominación por un amplio consenso. Y, al parecer, aún lo puede llegar a hacer.

"Un convenio negociado es poco probable que suceda si el número de aspirantes se reduce. Sin embargo, es concebible si los cuatro republicanos actuales siguen en carrera, ya que los delegados continuarán dividiéndose", reconoció a Político Henry Barbour, miembro del comité que apoyó a Rick Perry en primera instancia, antes de que éste renunciara a la carrera para respaldar a Romney.

El experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Virginia Larry Sabato había apuntado esa posibilidad en diciembre. Ahora, en declaraciones a la agencia Reuters, explicó: "Ya se habían dado cuenta de que el campo estaba realmente débil. Ya estaban tratando de pensar en un camino para una convención negociada".

"Si Romney pierde en Michigan, creo que va a haber una inclinación por otro candidato que no sea ni él ni Santorum", coincidió Jennifer Duffy, analista política de la organización independiente Cook Political Report.