Cubanos descubren el negocio inmobiliario

La idea de acordar un precio, ir a un notario y concretar legalmente una transacción de compraventa o permuta es una sensación desconocida en la isla. Este jueves entró en vigor la ley que lo autoriza

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¿Busca una casa cerca del mar con paredes revestidas en madera, pisos de granito gris y vitrales en algunas ventanas o acaso un pequeño departamento? Ahora las leyes cubanas le dan a los residentes la oportunidad de adquirir, vender o permutar la vivienda sin necesidad de una autorización gubernamental.

"Me parece divina esta ley, lo que me extraña es que no se haya hecho con anterioridad porque es lógico que tengas una propiedad tuya y si quieres venderla lo puedas hacer", comenta con ingenuidad Tania Durán. "Tengo buena expectativas de vender la casa bien, a buen precio. ¡Estoy en una zona espectacular, es la mejor zona de La Habana!", exclamó.

La vivienda, que data desde 1955, fue completamente reparada en la última década. Cuando Durán la adquirió estaba en ruinas y ahora quiere 200.000 dólares. Su propuesta de venta es una de las decenas que aparecieron en la página de internet de Revolico.com desde que se dieron a conocer los detalles de las nuevas normas que regirán en materia de vivienda.

Las leyes básicamente reconocen la compraventa, permuta, donación y adjudicación -por divorcio, fallecimiento o salida definitiva del país del propietario- de viviendas entre personas naturales cubanas con domicilio en el país y extranjeros residentes permanentes en la isla. "Ahora no hay establecido unos precios oficiales en ninguna parte. Yo creo que mi casa vale lo que estoy pidiendo", agregó Durán con convicción.

Sitios de internet -a los cuales los cubanos se las ingenian para acceder más allá de la escasa conectividad de la nación caribeña- a donde se puede anunciar las operaciones con bienes raíces incrementaron notablemente sus entradas con ofertas de casas por valores que van desde algunos miles hasta una residencia por un millón de dólares en el balneario de Varadero.

En un rango mucho más modesto, centenares de personas se acercaron el jueves a las dependencias oficiales con títulos de propiedad en las manos dispuestas a consultar sobre la posibilidad de legalizar construcciones realizadas al interior de sus casas, permutar o recibir una transferencia de parientes que se iban a vivir al exterior.

"Hoy es el primer día y no sé con seguridad como funcionará la nueva ley", comentó la jubilada Mabel Alvarez, quien fue al local de "Trámites" del Instituto Municipal de la Vivienda del barrio del Vedado.

Cambios en la isla

El mercado abierto de bienes raíces estaba prohibido desde el triunfo de la revolución en 1959, cuando el líder rebelde Fidel Castro impulsó una reforma urbana y entregó las casas a quienes residían en ellas. Hasta ahora, las personas debían permutar sus viviendas o cederlas de manera limitada (por ejemplo, por herencia), siempre con autorización estatal, dando lugar a engorrosos trámites y casos de sospechada corrupción entre los funcionarios públicos.

"Creo que la nueva ley que entra en vigor está muy buena, ahora tenemos la posibilidad de vender las casas, de comprar el que tenga dinero", comentó el custodio Juan José Peña de 42 años que espera poder legalizar la herencia de su casa.

El presidente Raúl Castro incluyó la ley en un paquete que contempla también la flexibilización del a venta de carros, la ampliación del trabajo independiente del Estado, la entrega de tierras ociosas en usufructo a campesinos, entre otras y en el marco de la llamada actualización del modelo cubano.

Un informe del censo de población realizado en 2002 indicó que 11,2 millones de cubanos vivían de forma permanente en el país en 3,5 millones de unidades de alojamiento con un promedio de 3,16 personas por cada una de ellas. La Oficina Nacional de Estadísticas reportó para 2010 que se habían concluido 33.900 viviendas. El 63% edificadas mediante aportes del Estado y el resto con esfuerzo de la población.