Los lectores de EEUU se rinden al libro digital

La progresión del mercado electrónico en los Estados Unidos mantiene en vilo a la industria editorial. En 2010, las ventas de libros digitales se dispararon un 10%, y ahora alcanzó el 15%, según un reporte de la Book Industry Study Group (BISG).

"Estamos muy impresionados por la velocidad que están tomando estas transformaciones", afirmó Len Vlahos, el director ejecutivo de la asociación, que agrupa a distintos sectores del gremio editorial, según citó el diario español El País.

De acuerdo con el artículo, uno de cada cuatro lectores que consumen un libro por semana adoptó el formato digital, con aparatos de tinta electrónica como el Kindle de Amazon, entre otros.

"Se trata de un lector que prefiere el libro electrónico puro y duro a las tabletas. Un lector que cuenta entre 30 y 44 años, culto y habitante de barrios residenciales, a quien han ganado los Kindle y no los iPad", describió Vlahos.

Quienes más consumen contenidos, según el estudio de la BISG, son mujeres, mientras que el ámbito académico aún mira con recelo las nuevas tecnologías, por lo que los universitarios apenas los usan en reemplazo de sus libros de consulta.

Pero los académicos no son los únicos que miran con desconfianza la proliferación de e-books. Algunos lectores prefieren su edición en papel, mientras que distintos editorialistas temen una merma en sus ventas e ingresos monetarios por la gran cantidad de textos gratuitos que se ofrecen en los sitios de Internet. En los Estados Unidos, una descarga supone la mitad del precio de un libro de tapa dura.

Sin embargo, la cadena de librerías Barnes & Noble fue de las pioneras en incorporarse al mercado digital. "Compraron la plataforma Fiction Wise y eso les puso en órbita. Crearon su propio dispositivo y han conseguido hacerle frente a Amazon al copar un 27% del mercado", comenta Vlahos, citado por El País.

En España, con la llegada de Amazon y de los contenidos en español, la demanda de libros electrónicos comenzó a subir este año. La ola se contagió a los países latinoamericanos, con México, Chile, Colombia y la Argentina, donde si bien no hay una tienda de Amazon y los Kindle deben importarse de forma particular, el mercado se encuentra en expansión con variantes, como Papyre y su convenio con la editorial universitaria Eudeba.