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El Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), con sede en Estocolmo, informó que el gasto militar sudamericano alcanzó a 63.300 millones de dólares durante 2010, lo que representa casi seis puntos porcentuales más que en 2009.
En Brasil, el aumento fue de 9,3%, siguiendo una tendencia al alza que pudo estar motivada por "la búsqueda de prestigio o estatus, más que por necesidades de defensa nacional".
Carina Solmirano, experta de la institución para Sudamérica, explicó que un factor clave detrás del incremento es la "bonanza económica" que vienen viviendo la mayoría de los países de América Latina.
En términos reales, el importante aumento del gasto militar en el Cono Sur contrastó con un alza global de sólo 1,3 por ciento. De hecho, en algunas partes, como Europa y Asia central y del sur, se redujo.
Pero en términos absolutos, sigue siendo una de las regiones que menos dinero destina a asuntos militares. Su monto, por ejemplo, fue apenas 63.300 dólares superior a lo que gastó solamente Francia.
"Lo que llama la atención es que es una región de paz, entonces uno se pregunta: ¿cómo siguen aumentando?", cuestionó Solmirano. "Ahí es donde surgen las cuestiones de si no hay motivaciones que tengan que ver con ansias de poderío o si son decisiones políticas de los gobiernos por otro tipo de motivos que no sean amenazas militares", agregó.
La experta aseguró que, en ese sentido, Brasil "marca tendencia". "Con el tamaño geográfico que tiene y el dinero que destinó a su aparato militar, es el país que más gasta en ese rubro", indicó. Durante 2010, desembolsó 33.500 millones de dólares.
En el caso brasileño, el fenómeno se enmarcó en un programa para modernizar sus cuerpos de seguridad que incluyó la compra de submarinos y helicópteros franceses y la adquisición de tecnología. El país "está avanzando en su intención de volverse un poder regional tanto económico como militar", afirmó el informe del SIPRI.
Otros países sudamericanos como Paraguay y Perú también tuvieron aumentos importantes, de 16% cada uno. A ello se sumó la tendencia similar que registra Colombia debido a su conflicto interno y Chile debido a la transferencia de dinero de la exportación de cobre a las Fuerzas Armadas.
Solmirano auguró que en los próximos tiempos se iniciará una "desaceleración" del gasto castrense en Sudamérica. Su proyección se basa en el anuncio del gobierno brasileño de retrasar la compra multimillonaria de aviones de combate y de embarcaciones militares.