Fundación Neruda niega asesinato del poeta

El organismo rebatió la versión del envenenamiento dada por el ex chofer del poeta, Manuel Araya. "No es más que un testimonio individual", dijo el vocero

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La versión de Araya "contradice todos los testimonios de gente muy cercana" a Neruda, dijo Darío Oses, vocero de la Fundación.

El premio Nobel de Literatura 1971 falleció en la clínica santiaguina Santa María el 23 de septiembre de 1973 debido a un avanzado cáncer de próstata, doce días después del golpe de Estado que derrocó a su amigo, el presidente Salvador Allende.

Un comunicado de la Fundación insiste en respetar la versión conocida de los hechos: "No existe evidencia alguna ni pruebas de ninguna naturaleza que indiquen que Pablo Neruda muriera por una causa distinta del cáncer avanzado que le aquejaba desde hacía tiempo".

Araya, ex chofer del poeta, sostuvo en una entrevista con una revista mexicana que Neruda no fue a la clínica por un empeoramiento de su salud, sino porque su casa fue allanada y el entonces embajador de México, Gonzalo Martínez Corbalá, le consiguió una habitación en el centro médico para posteriormente partir al exilio en el país azteca.

El conductor explicó que un día antes de que Neruda, su esposa, Matilde Urrutia, y él mismo partieran a México, el poeta les pidió que fueran a buscar algunas cosas a la casa que tenía en el balneario de Isla Negra.

Cuando estaban allí, siempre según la versión de Araya, Neruda "dijo que regresara de inmediato a Santiago. Que un médico que no conocía había entrado a su pieza y lo había pinchado en el estómago mientras dormía".

Al llegar a Santiago, "le miré el estómago y pensé que le había picado una pulga, pero él me dijo que era la marca del pinchazo, yo vi la marca de la aguja. Estaba muy enfermo, pero no era por el cáncer, estaba como envenenado", asegura el ex empleado del poeta.

A contramano de esta versión, Oses afirma que si el premio Nobel de Literatura fue trasladado a la clínica Santa María se debió a que su estado de salud era "realmente grave".

Sin embargo, ambos puntos de vista coinciden en achacarle al Gobierno encabezado por Pinochet la responsabilidad final del abrupto deceso: "La culpa de la muerte de Neruda es del régimen militar", aunque su responsabilidad es "indirecta", dijo Oses.

"Su salud empeoró notablemente tras el golpe, con la muerte de su gran amigo, el presidente Salvador Allende, y al ver la resurrección del fascismo, que él creía que había sido derrotado en Europa", indicó.