El recuerdo de quienes lo conocieron en la intimidad

"Durante toda su vida aportó lo mejor de sí a la sociedad", dijo en Radio 10 el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. La ex diputada Graciela Fernández Meijide recordó que "tenía mucha conciencia de la responsabilidad y se enojaba fácilmente con las injusticias"

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El escritor Ernesto Sábato, Premio Cervantes de Literatura y uno de los grandes autores argentinos del siglo XX, murió a los 99 años en su residencia de Santos Lugares, en la provincia de Buenos Aires.

Quienes lo conocieron durante las distintas etapas de su vida, lo recordaron en diáalogo por Radio 10.

La política y también escritora Graciela Fernández Meijide se refirió a la vida del escritor y a su labor luego de la dictadura en la ardua tarea de dar con el paradero de los hijos de los desaparecidos. Al respecto, Meijide aseguró: "Ernesto tenía coraje y ética. Era muy detallista, quería que las cosas se hicieran muy bien, tenía mucha conciencia de la responsabilidad y se enojaba fácilmente con las injusticias".

El escultor, arquitecto y Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel también habló sobre Ernesto Sábato y sobre sus 99 años: "Tuvo una vida muy fructífera, muy participativa en los problemas sociales y humanitarios".

Además, reconoció los logros del escritor y lo que le brindó a la Argentina: "Aportó mucho al país y a la humanidad con su responsabilidad social, cultural y política, esto es lo admirable. Toda su vida trató de aportar lo mejor de sí a la humanidad".

Por último, habló por Radio 10 sobre el deceso del autor de Sobre héroes y tumbas el ensayista y escritor Abel Posse, con quien Sábato fundó la revista Crisis. Sobre su colega, destacó que fue un pensador que quiso dar una solución a los temas más complejos del mundo.

Posse resaltó también la pasión de Ernesto por lo porteño, por el tango y su extravagante relación con el autor de El Aleph, Jorge Luis Borges: "Borges lo desesperaba a Sábato, y también lo desestimaba". Abel justificó este vínculo dado el reconocimiento que alcanzó el escritor de Historia de la eternidad en contraposición a la alcanzada por Ernesto.

También habló sobre las ambiciones de Sábato: "Intentó ser un escritor total. Tuvo el deseo de crear una gran novela argentina, como lo fue Sobre héroes y tumbas. Animó la vida literaria argentina, tuvo una apertura muy libre a los dos pensamientos de la época, el liberalismo y el marxismo".

Por último, recordó que si bien era un escéptico, tenía un arranque imparable originado en su pasión, la culpable también de su ego, algo que lo hacía insoportable.