Una denuncia de una Fiscalía contra el Crimen Organizado, los narcos mexicanos mantienen dos grupos armados en la sierra de Piura, donde se dedican a la producción de cocaína y marihuana. La organización criminal es dirigida desde Guayaquil y Cariamanga, en Ecuador, por el colombiano Rubén Castro Gómez, conocido como "Gordo", que a su vez mantiene como "coordinador" en Perú al colombiano William Samboni Macías, apodado "Calilla", según publicó hoy el matutino peruano La República.
De acuerdo con la Fiscalía, "la organización criminal está conformada por entre 40 y 60 personas, provistas de armas de largo alcance (fusiles AKM, G3, Galil), lanzagranadas (RPG), granadas de mano y equipos de comunicación satelital". Las autoridades aseguran que las tareas de de acopio y procesamiento de la droga se realizan en la línea de frontera, mientras que el traslado de las drogas hacia el Ecuador -para ser comercializada en Europa o EEUU- queda en manos de otro grupo. Su accionar se caracteriza por "campamentos móviles" entre las localidades de Algarrobal, Vado Grande, Remolinos, Quebrada Los Mangos, Hacienda Gigante, Aragoto, Huara de Indios, Calvas de Samanga, Playón, en la Provincia de Ayabaca, en Piura, Perú.
En el expedienten hay precisiones de los pagos de hasta cinco mil dólares mensuales a autoridades locales y policías para poder operar con impunidad. Así, por ejemplo, el pasado noviembre un operativo en uno de los laboratorios donde producen estupefacientes se vio frustrado por la advertencia de un jefe policial infiel, por lo que los narcos se dieron a la fuga.
Los investigadores creen que las bandas están asentadas en la zona desde los '90 y les atribuyen 9 asesinatos de policías y 16 de civiles. Además, las escuchas realizadas por orden de la Justicia tuvieron como resultado la certeza de que ambas organizaciones operan en coordinación con el cartel de Sinaloa.
En el marco de esta investigación, el pasado 23 de setiembre la policía ecuatoriana decomisó 66,540 kg de cocaína con el logo "Rolex" y una marca de agua de una corona, mientras que en Perú, la policía encontró los restos de un megalaboratorio de cocaína: insumos, microondas, 25 carpas y gran cantidad de armas, como un fusil M-16 con lanzagranadas y municiones.