El polo tiene su clon

Se subastará en Argentina una copia genética de la mejor yegua del mejor polista del mundo, Adolfo Cambiaso (foto). La gran duda es si jugará igual que la original

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A diferencia de otras asociaciones de criadores de caballos deportivos, la de polo, en su estatuto, promueve la inseminación artificial, el transplante embrionario y toda técnica que permita la mejora de los animales de alta competencia. La clonación, que tiene un próspero mercado en el país sudamericano, está en la lista de posibilidades.

"Es para pocos, pero hay mercado. Es cara y difícil: no creo que se agrande tanto. Pero, con el tiempo, cuando tengan más clara la técnica, terminarán bajando los costos", comentó el polista argentino Adolfo Cambiaso, considerado el Maradona de ese deporte. Los precios estimados de los animales clonados  van desde los 400 mil dólares hasta el millón.

Argentina dio un paso importante con el remate remate, en el Hipódromo de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, de un caballo criollo de polo. El comprador podrá elegir entre dos réplicas de Cuartetera, como se llama la yegua original.

La organización las mostrará juntas para que los interesados puedan elegir con cual de las dos quedarse. Ambas nacieron hace tres meses: la "B001" (tal es su denominación por ahora) nació el 30 de julio y la "B002", el 3 de agosto. El clon no adquirido quedará en poder de Cambiaso.

La duplicación de Cuartetera, premiada en 2009 como el mejor ejemplar de polo, tuvo lugar en un laboratorio de Forth Worth, Texas. Cuando los embriones cumplieron siete días, fueron insertados en los vientres de otras yeguas, donde cumplieron las once semanas de gestación. Las dos potrancas, que muestran una pequeña diferencia física (una tiene blanca la base de una pata; la otra, la de ambas), viajaron en avión a la Argentina junto a sus madres postizas.

"La propuesta me pareció extraña, pero me interesó. Era difícil de creer, pero pensé: «No pierdo nada». Yo pongo la sangre, y ellos, el trabajo", explicó Cambiaso. Ahora el mejor jugador de polo del mundo comparte la propiedad de los clones con Crestview Genetics, recinto estadounidense que se encargó de realizar las copias.

Y así como ocurre en la Fórmula Uno donde muchas veces se afirma: "No importa que el auto sea rápido, si el piloto que lo maneja no es bueno nunca ganará una carrera", en el polo se comienza a pensar lo mismo: "Con clones perfectos de los dos lados, la diferencia estará en el jugador. El que gane el partido será él", sintetizó el ex polista Alberto Pedro Heguy.

"Genéticamente son 100% iguales. Lo comprobamos con muestras de sangre y pelo", confirmaron desde el laboratorio. Ahora bien: ¿los clones rendirán tanto en el campo de juego como Cuartetera? Es la gran pregunta y el gran riesgo que tomará el nuevo dueño.